Volumen 14, Número 280, 28 febrero de 2014
 


Shell conspira en Argentina



La denuncia la hizo el jefe del gabinete argentino. Shell aumentó unilateralmente en 12% el precio de los combustibles. Shell impulsa también la devaluación monetaria. Este comportamiento no extraña, es el típico de las transnacionales. Las acusaciones son serias pero no resuelven. Es necesario expropiar sin indemnización a la corporación anglo-holandesa. La tarea corresponde a los trabajadores, en primer lugar. Ese es el problema principal, hace décadas que el movimiento sindical fue intervenido y domesticado por el imperialismo.


Actitud conspirativa

El jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, denunció la actitud “conspirativa y atentatoria” de la petrolera Shell por su decisión unilateral de incrementar en un 12 por ciento el precio de los combustibles en momentos en que el gobierno busca coordinar una política de precios tras la devaluación (DPA, en La Jornada en internet, 3 febrero 2014).

El jefe de ministros informó que habían iniciado una ronda de reuniones con los integrantes de toda la cadena de valor del sector con el objetivo de coordinar una política común de precios.

“Pero como siempre, esta empresa, contraria a los intereses del país, tomó una decisión unilateral con el objetivo de perjudicar a quienes consumen combustible”, denunció Capitanich.
“No es casualidad esta actitud. Es contraria a los intereses del país. La actitud de Shell y de su más alto directivo es conspirativa, atentatoria contra los intereses del país”, afirmó el jefe de Gabinete.

“Estábamos trabajando para evitar cualquier impacto en los precios, pero de esta empresa no debe extrañar nada. ¿Se acuerdan cuando (el ex presidente) Néstor Kirchner fustigó su conducta? ¿O cuando esta misma empresa hizo una operación cambiaria junto al HSBC para establecer un tipo cambio de $8.40 cuando en realidad estaba a 7.12 pesos?”, apuntó Capitanich.

El gobierno acusó a Shell de haber sido uno de los impulsores de la devaluación del peso hace dos semanas, cuando la moneda argentina se depreció cerca de un 12 por ciento en una sola jornada, por haber comprado dólares a un precio mayor al del mercado en ese momento, una denuncia que el presidente de la filial argentina, Juan José Aranguren, negó de plano.

“El gobierno muchas veces se encuentra solo luchando contra estos comerciantes inescrupulosos que lo único que les interesa es su rentabilidad de corto plazo. No tiene razonabilidad técnica para establecer este tipo de fijación de precios. Me parece que solamente la codicia, la estrategia de imponer condiciones y decisiones como grupo económico le lleva a tomar este tipo de actitudes”, cuestionó Capitanich.

“Lo único que les interesa es la rentabilidad del corto plazo. No tiene razonabilidad técnica (el aumento de precio del combustible de Shell a partir de hoy) para establecer este tipo de fijación de precios”, sostuvo.

Shell informó en un comunicado que aumentaba los precios de sus combustibles en la Argentina a partir de “la evolución de las distintas variables” que afectan a ese mercado en el país. La compañía indicó que hizo “un traslado parcial del fuerte incremento en pesos que se está produciendo en el costo del petróleo crudo”.

La petrolera estatal YPF incrementó a principios de enero un siete por ciento el precio de sus combustibles al público.

El presidente de Shell respondió a las acusaciones del jefe de Gabinete alegando que el encarecimiento se basó en el incremento que registró el petróleo.

“Se nos acusó de codicia. Si el proveedor aumenta el costo de la materia prima en un 23 por ciento, y nosotros aumentamos al mes siguiente el precio de los combustibles en un 12, ¿eso es codicia?”, cuestionó Aranguren en declaraciones a radio Mitre.

“Se trata de capear la situación. Si con un 12 por ciento estamos conspirando, ¿se imaginan si trasladamos directamente un 23 por ciento?”, añadió el empresario, quien señaló que desde 1991, por ley, el crudo cotiza en dólares en la Argentina.

El empresario se manifestó “un poco sorprendido y también apenado por el mal uso, el abuso que se hace de las palabras”. Capitanich “está abusando porque son palabras muy duras, muy fuertes, contra la obligación de una petrolera de tratar de defender el interés para el cual está operando en la economía”, señaló.

Codicia manifiesta

El jefe de gabinete de Argentina, Jorge Capitanich calificó como una actitud conspirativa la decisión unilateral de la empresa anglosajona, Shell de aumentar en 12 por ciento el precio del combustible, y recordó la maniobra especulativa realizada recientemente por esa empresa lo que fue denunciado por el gobierno (Calloni S., en La Jornada, p.19, 4 febrero 2014).

La actitud de Shell y de su más alto directivo en la República Argentina (Juan José Aranguren), siempre es conspirativa, siempre es atentatoria contra los intereses del país, dijo Capitanich en conferencia de prensa; advirtió que “el aumento de 12 por ciento dispuesto anoche por esa empresa en sus combustibles no tiene razonabilidad técnica y el objetivo es perjudicar a nuestro país.

En gasolineras de Shell en Buenos Aires se vendía la gasolina Súper a 10.46 pesos (1.30 dólares) el litro, la Premium a 11.86 (1.47 dólares) y el gasoil a 9,32 (1,16 dólares). En otras gasolineras concesionarias de Shell la gasolina Súper se vendía a 10.96 pesos (1.36 dólares) el litro y el diesel a 9.98 pesos (1.24 dólares).

Señaló que estos empresarios a su vez no tienen ningún tipo de razonabilidad técnica para establecer ese tipo de fijación de precios. Me parece que sólo la codicia, la estrategia de imponer condiciones y decisiones como grupo económico, son los que los llevan a tomar este tipo de acciones.

Destacó las operaciones realizadas por esta petrolera en el mercado cambiario comprando divisas a mayor precio en un banco extranjero, cuando el gobierno anunciaba el nuevo tope oficial del dólar en ocho pesos.

No hay ninguna explicación posible para esa actitud que afectaba directamente los intereses de nuestro país y es muy importante que el pueblo argentino sepa que esto es una lucha cotidiana, sostuvo el funcionario.

Razones políticas

Evidentemente, las razones de la transnacional petrolera son políticas. La denuncia del gobierno argentino son muy serias: la Shell conspira para derrocar al gobierno sumiendo al país en una crisis de amplio alcance.

Le decisión de la Shell es unilateral y, por su iniciativa, dispara los precios de los combustibles que controla. El conflicto no es nuevo. La Shell procede como cualquier otra transnacional. Por eso, en 2005 el gobierno mismo llamó a un boicot contra la corporación, precisamente, por el aumento en los precios. Ahora se han sucedido dos hechos graves, primero la especulación mediante la compra millonaria de dólares para desestabilizar la moneda argentina y, luego, el incremento en los precios de los combustibles.

La Shell no actúa sola. Esta vez lo hizo en consonancia con The Wall Street Journal que anunció de inmediato una supuesta mega devaluación en Argentina.

¿Por qué el gobierno argentino no impide el aumento unilateral de los precios? Porque no puede, su debilidad es extrema.

Estos hechos son el resultado de haber entregado el patrimonio energético argentino a las transnacionales, mismas que siempre actúan con voracidad. Pero lo que ahora sucede es apenas el principio. La Shell se considera con suficiente capacidad para desafiar al gobierno y desviarlo a conveniencia. De seguir así la situación se tornará peor. Lo menos será el apoyo a un gobierno más a la derecha y, de ser posible, otra vez militar, lo cual sería una tragedia.

Lo que debe hacerse en Argentina es recuperar el patrimonio energético de la nación. Hay que volverá re-nacionalizar a las industrias petrolera y eléctrica. Lamentablemente, los trabajadores argentinos están al margen de los procesos sociales. Es lo mismo que pasa en México. Aquí se acaba de desnacionalizar a todo el sector energético y casi nadie ha dicho nada.

Este es el resultado de décadas de sometimiento obrero a cargo del imperialismo yanqui y sus testaferros locales, burocracias que literalmente han destruido al movimiento sindical. El “trabajo” de la CIOSL (ahora CIS) ha sido extraordinario, en México y Argentina han logrado domesticar a los trabajadores hasta la ignominia.

En estas condiciones es muy difícil recuperar la soberanía pero hay necesidad social y se hará, en Argentina y México. Aquí y allá se necesita reconstruir a un nuevo movimiento obrero, a una nueva izquierda de verdad y a un efectivo frente antimperialista.


Ref: 2014, elektron 14 (58) 1-3, 11 febrero 2014, FTE de México.


Estación de servicio de la Shell, corporación que debe ser expulsada de Argentina y de México







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