Volumen 13, Número 273, noviembre 28 de 2013
 


En Chicoasén, Chiapas, provocan conflicto social



La CFE planea ampliar el proyecto hidroeléctrico de Chicoasén, en Chiapas. A la manera de las transnacionales, la burocracia en turno engaña a las comunidades, las divide, las corrompe y pretende imponerles la obra. Esos métodos son incorrectos. La población afectada tiene derecho a ser consultada. La energía misma es un derecho social y los proyectos no se deben imponer.


Deciden los que no son

Ejidatarios del municipio de Chicoasén se manifestaron en contra de la presa Chicoasén 2, que pretende construir la Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque prevén que afectará sus tierras. Asimismo señalaron que pretenden comprárselas a precios bajos y saben de casos en que la paraestatal no ha pagado (Henríquez E., en La Jornada, p.31, 25 noviembre 2013).

Avisaín Solís López, ejidatario, dijo que la CFE “está generando un conflicto social muy grande porque Las Pilas y otras comunidades que no van a ser afectadas están decidiendo por los demás”. Denunció que representantes de Las Pilas y La Represa acudieron a una reunión para aprobar el proyecto, pero no están involucradas, y “pidieron a la CFE 30 casas y 10 lanchas, respectivamente”.

Recordó que el domingo 17 de noviembre se realizó una asamblea con la supuesta participación de 670 pobladores, pero “no fuimos invitados los ejidatarios que vamos a resultar afectados directamente”.

Explicó que los 231 fundadores del ejido resultaron afectados cuando se construyó la presa Chicoasén, “y nos quieren volver a perjudicar, pero ahora estamos dispuestos a defender nuestras tierras porque ya no estamos en los años setentas”.

Agregó: “Lo que nos molesta es que nos marginaron, cuando los ejidatarios básicos debíamos estar en la casa ejidal. Los que acudieron no son nada y no tienen por qué hacer lo que hicieron. ¿Por qué no invitaron a Vista Hermosa, Monte Grande y Chicoasén, que desaparecerán en más de 300 hectáreas?”

El gobierno paga por las tierras “una miseria, y por si fuera poco nos cobra precios muy altos por la energía eléctrica”.

Insistió en que muchos no están dispuestos a ceder sus tierras. “No les pongo precio y no estoy dispuesto a aceptar los tambos viejos que regala la CFE”.

Manifestó que en algunos terrenos “han hecho ocho pozos y ni un peso han dado” al propietario, mientras a otros, “que no los han afectado, les han dado 70 mil u 80 mil”.

Reiteró: “Las comunidades están dispuestas a morirse para que no afecten sus tierras, porque cuando se hizo la primera presa, en la década de 1980, la CFE se comprometió a darnos medio millón de pesos y un rancho de 206 hectáreas y nunca cumplió. Ahora queremos que nos dé el rancho”.

Burocracia inepta

Si se trata de las transnacionales, la burocracia cefeíta en turno hace los trámites en nombre de las corporaciones, gratuitamente, incluyendo gestiones locales. Y, cuando se trata de proyectos propios, proceden como lo hacen las empresas extranjeras: engañando a las comunidades, dividiéndolas, corrompiéndolas e imponiéndoles decisiones ajenas.

La instalación de proyectos hidroeléctricos siempre ha sido sensible a las poblaciones, especialmente, las directamente afectadas. En este caso se trata de un proyecto necesario para generar electricidad y distribuirla por el país. Eso, sin embargo, no le da derecho a la burocracia para que proceda atropellando los derechos de otros.

Chicoasén I ha sido una experiencia de ingeniería muy importante. Se trata de una central hidroeléctrica grande, con una capacidad de 2,400 MW y 8 unidades que entraron en operación el 29 de mayo de 1981. Ahora se proyecta Chicoasén II de características similares. Con base en la experiencia previa, el proyecto debe desarrollarse correctamente, considerando con la atención debida las implicaciones sociales de la población vecina. La industria eléctrica nacionalizada debe ser ejemplo de coherencia y responsabilidad social.

Lamentablemente, la burocracia cefeíta ha olvidado sus deberes con la nación, más aún en el contexto de la desnacionalización eléctrica provocada por la privatización furtiva y la intención de Peña Nieto para quebrar, literalmente, a la CFE. No obstante, en Chicoasén debe procederse junto con la población afectada, mediante el acuerdo decoroso y digno.


Ref: 2013, elektron 13 (443) 1-2, 27 noviembre 2013, FTE de México.



Central hidroeléctrica Chicoasén, Chiapas







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