Volumen 13, Número 273, noviembre 28 de 2013
 


Almacén de combustible nuclear en Laguna Verde



Habrá presupuesto para la construcción, entre 2014 y 2015, de un almacén de combustible nuclear irradiado (gastado) en la central nucleoeléctrica Laguna Verde. En más de dos décadas se han acumulado varias toneladas, almacenadas dentro de los edificios de los reactores. Ahora, la CFE construirá una instalación aparte para almacenar, gratuitamente, ese material nuclear “enriquecido”, mismo que no es de México sino de los Estados Unidos.


Almacén de combustible irradiado

Habrá un presupuesto de 547 millones 525 mil pesos para la construcción de una instalación independiente para el “almacenamiento en seco de combustible nuclear” en la central nucleoeléctrica Laguna Verde (Rangel J., en Milenio, 18 noviembre 2013).

El proyecto de inversión que se desarrollará entre 2014 y 2015 busca asegurar los requerimientos de espacio dentro de las albercas de combustible gastado en las dos unidades de la central.

La inversión de la CFE dará cumplimiento a los requerimientos regulatorios específicos y a la disponibilidad de espacio en las albercas de combustible gastado de las dos unidades.

La instalación incluirá inversiones en ingeniería, diseño, licenciamiento, equipo auxiliar, construcción, pruebas funcionales y puesta en marcha de la obra de almacenamiento de combustible gastado. El presupuesto incluye compra de contenedores y operaciones de carga y traslado hasta su disposición final en las instalaciones.

La unidad nuclear número 1 comenzó a operar el 28 de julio de 1990 y la número 2 el 10 de abril de 1995, con una capacidad instalada de 810 MW en cada unidad.

¿Quién lo construirá?

¿Lo hará la CFE o será contratado? Será lo segundo, muy probablemente, a cargo de Iberdrola, transnacional española, la misma que, recientemente, repotenció a la central para aumentarle la potencia y la vida útil en las dos unidades.

Con esa repotenciación, la capacidad instalada de Laguna Verde incluyó, en al práctica, a un nuevo reactor equivalente en el sitio.

Mientras, van ya más de dos décadas de entrada en operación de la unidad 1 y casi dos de la unidad número 2. En cada unidad, se han realizado operaciones de recarga de combustible nuclear, cada 18 meses, durante ese lapso. En esas operaciones, el combustible irradiado (gastado) se reemplaza por combustible no irradiado (fresco). Tanto el combustible fresco como el gastado se alojan en las piscinas de relajamiento del edificio del reactor. Con el tiempo, las piscinas se han venido saturando no obstante las adecuaciones en los racks para permitir un mayor almacenamiento.

En consecuencia, se hace necesario disponer de una instalación aparte para seguir almacenando al combustible gastado. El almacenamiento puede ser en seco o en húmedo y se trata de material nuclear altamente radiativo. Este material podría ser reprocesado para aprovechar el uranio y el plutonio que contiene. Desde luego, se trata de un problema técnico importante con grandes repercusiones geopolíticas, debido a la proliferación nuclear por posibles aplicaciones militares.

Ese material no es nuestro

El principal problema es que ese material nuclear NO es nuestro, NO es de México, es de los Estados Unidos. Lo que hará el gobierno mexicano es financiar la construcción y seguir almacenando, gratuitamente, ese combustible irradiado. En el momento que los gringos lo decidan podrán reclamarlo y llevárselo.

Esa es la consecuencia de seguir una política nuclear antinacional. Haber decidido, desde 1976, que México siguiera una línea de reactores nucleares tipo uranio enriquecido, significó quedar atados al imperialismo. La tecnología de los dos reactores es de general Electric, las turbinas son de Mitsubishi, el combustible se compra en Estados Unidos, donde se enriquece y manufactura. Aunque es posible dominar el enriquecimiento de uranio, simplemente, no se permite por sus implicaciones militares. Lo que ocurre en la práctica es un alquiler del combustible, el cual puede ser irradiado para la generación de electricidad pero, el combustible gastado sigue siendo de propiedad norteamericana.

Eso quiere decir que, aunque México quisiera (y pudiera) reprocesarlo, sencillamente, no es posible porque ese material estratégico no es nuestro. Esa política no conviene, necesitamos de una Política Energética Independiente.


Ref: 2013, elektron 13 (430) 1-2, 21 noviembre 2013, FTE de México.



Central nucleoeléctrica Laguna Verde, en Veracruz







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