Volumen 13, Número 273, noviembre 28 de 2013
 


Penchyna informa a canadienses



Les asegura que habrá reforma energética para desnacionalizar a las industrias petrolera y eléctrica. El senador priísta, es un compulsivo enemigo de Pemex y CFE. Su única propuesta, sin argumentos, es privatizar. Dice que es absurdo que Pemex se dedique a explorar y explotar gas shale. Por supuesto, es absurdo embarcarse en un negocio fraudulento y fallido. Pero, con la privatización ni Pemex ni las transnacionales se dedicarán a ese absurdo. Mientras, se habrá perdido el patrimonio de la nación.



El Pemex que le gusta a Penchyna


Barbaridades de Penchyna

El senador priísta David Penchyna anunció en la 19 Reunión Interparlamentaria México-Canadá que sí habrá reforma en materia energética, porque Petróleos Mexicanos (Pemex) “no puede todo y el país no es autosuficiente en gas, gasolina y petroquímica. La respuesta está en la apertura a la competencia (Garduño R., en La Jornada, p.4, 16 noviembre 2013).

“Es absurdo pensar que Pemex se dedique a la exploración y explotación de gas shale. Se requiere la apertura”.

El representante priísta por Hidalgo, quien preside la Comisión de Energía en ese órgano legislativo, reconoció las “prácticas canadienses” en materia de energía, porque no tienen desperdicio, y hoy enriquecen el debate y la construcción del nuevo modelo de energía en México.

“Este debate se ha sostenido en meses recientes y estamos próximos a legislar para poner los cimientos de ese nuevo modelo mexicano que se ha nutrido de diversas experiencias a escala mundial y de forma sobresaliente del modelo canadiense. Hay coincidencias crecientes entre las fuerzas políticas del país de que el sector energético requiere de profundas reformas”, indicó.

Penchyna ubicó en las propuestas de su partido y del PAN el modelo a seguir para terminar con el monopolio del Estado en materia de producción de hidrocarburos y de electricidad.

“Las reformas constitucionales planteadas se orientan al mismo propósito: otorgar certeza jurídica a los potenciales inversionistas privados, nacionales o extranjeros.

Modelo privatizador

Penchyna es un burdo privatizador. No hay NINGUN modelo “mexicano, se trata de un vulgar modelo “neoliberal”. Modelo “mexicano” es el de Pemex, mismo que luego de la expropiación de 1938 se tomó como referencia en otras partes del mundo y que hoy sigue vigente.

La privatización que propone Penchyna es un retroceso en múltiples aspectos. Decir, sin demostrar, que Pemex “no puede” es un gran mentira. Lo mismo dice el ITAM-Wilson Center. Para estos pillos, Pemex es un modelo agotado sin salvación. ¿A qué modelo se refieren? Al régimen de propiedad. Lo que les molesta es que la industria petrolera (y eléctrica) sea de la nación, entonces, la quieren privada como era antes de la expropiación petrolera de 1938 y de la nacionalización eléctrica de 1960.

Penchyna dice una verdad y concluye con una tontería. Sí, dice que es absurdo que Pemex se dedique a la exploración y producción de gas shale. En efecto, acertó al nivel del burro que tocó la flauta. Tan absurdo es que las propias transnacionales se están zafando de ese “negocio” que no lo es.

Pero Penchyna saca como conclusión que lo que debe hacer Pemex es privatizarse. Esa nueva fábula es ridícula y muestra que la “argumentación” oficial se basa en mentiras y tosquedades.

Además, se dicen verdades a medias omitiendo las causas. P.e., dice Penchyna que el país no es autosuficiente en gas, gasolina y petroquímica. Cierto. ¿Por qué? Ah, eso no lo dice por dos razones, una porque no le conviene y, otra, porque se niega a otras alternativas, su compulsión es privatizar lo que no es suyo.

México no es autosuficiente en gas, gasolinas y petroquímica porque los sucesivos gobiernos en turno han seguido una política antinacional. La irracional explotación de petróleo crudo los ha llevado, literalmente, a “quebrar” los activos más importantes. En consecuencia, el gas asociado ha sido dilapidado, contaminado y quemado en la atmósfera. Se importan gasolinas porque se prohíbe a Pemex producirla; desde 1979 no se construye una sola refinería, no obstante que la demanda ha aumentado. Hace más de dos décadas que la petroquímica está privatizada, Pemex solo elabora 9 productos.

En tales condiciones, lo racional es cambiar esa política lesiva pero Penchyna, como dogmático a ultranza, solo piensa en privatizar, reiteramos, el patrimonio que NO es suyo.

Rentabilidad regalada

En la nota de Garduño se indica que Penchyna dijo: “Pemex no puede todo solo. Ninguna empresa del mundo, ninguna, lo hace de esa forma. La paraestatal es una de las empresas más rentables del mundo. Sin embargo, México no es autosuficiente en gas, gasolina y petroquímica.

Con esos argumentos, Penchyna expuso a sus contrapartes canadienses que en las próximas semanas se buscarán los acuerdos para reformar la Constitución, que no sólo renueven la fortaleza de México como productor de petróleo, sino que apresuren la marcha de la transición hacia energías renovables.

Ridiculeces

¿A qué se refiere con que Pemex “no puede todo solo”? La propuesta de Peña propone que Pemex NO haga nada. Se trata de extremos y excesos, en el nivel de lo absoluto. La discusión es otra. El proceso de trabajo petrolero es uno solo, integrado por diversas fases, esto es, se trata de un proceso integrado. Eso no lo dice Pemex ni nosotros, es la experiencia de la humanidad.

Pero, los neoliberales pretenden la desintegración de los proceso de trabajo para privatizarlos. Con un régimen de propiedad privada, nuevamente tienden bajo diversos mecanismos a la integración de los mismos procesos. Eso son las actuales redes internacionales que incluyen a la energía y al agua a nivel global.

Penchyna es un político que no entiende razones ni quiere. Su euforia antinacional lo hace decir barbaridades. Si Pemex es una de las petroleras más rentables del mundo, de hecho la más rentable, ¿para qué quiere regalarla a las transnacionales? ¿Quién le otorga facultades a Peña o a Penchyna para entregar el patrimonio colectivo de la nación? ¡Nadie!


Ref: 2013, elektron 13 (426) 1-2, 19 noviembre 2013, FTE de México.





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