Volumen 13, Número 273, noviembre 28 de 2013
 


Pemex informa a la SEC norteamericana



En informe enviado a la Comisión del Mercado de Valores de los Estados Unidos (SEC), la burocracia en turno de Pemex informó que el proyecto de la refinería Bicentenario está en evaluación. Es un reporte de rutina. Aquí, ese proyecto está suspendido, sujeto a la aprobación de la reforma privatizadora de Peña Nieto. Si se aprueba, la refinación se entregará a las transnacionales.


Bicentenario en evaluación

Petróleos Mexicanos (Pemex) continúa en el proceso de evaluación para la eventual construcción de la refinería Bicentenario, en Tula, Hidalgo, informó la paraestatal en un reporte enviado el pasado viernes 15 de noviembre a la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) (Rodríguez I., en La Jornada, p.27, 19 noviembre 2013).

La paraestatal refiere sobre este plan, anunciado en agosto de 2009, que a la fecha de este informe “estamos en el proceso de evaluar la naturaleza y el calendario de este proyecto”, según precisiones hechas a las autoridades financieras estadunidenses.

Versiones periodísticas recientes informaron que la nueva refinería de Tula había sido suspendida, lo cual fue desmentido oficialmente por las autoridades de la petrolera.

Sin embargo, el pasado 17 de octubre el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró en entrevista después de participar en el Foro Nacional de la Industria Química 2013, que la viabilidad de la nueva refinería Bicentenario de Pemex dependerá de la aprobación de la reforma energética que se discute en el Congreso.

En tanto, el director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, consideró que hoy en día es cuestionable invertir en refinación de petróleo debido a su baja rentabilidad, producto de la sobrecapacidad instalada en el mundo.

Proyecto privatizable

La nota publicada por Rodríguez muestra que el gobierno de Peña Nieto sujeta los planes de Pemex a la aprobación de la reforma que desnacionalizaría a las industrias petrolera yb eléctrica nacionalizadas. Eso es lo que significa el informe de Pemex a la SEC. ¿Qué le evalúan al proyecto de refinería? ¿Su necesidad, su pertinencia o qué?

La SEC conoce bien las truculencias del gobierno mexicano y sabe que este lleva negociaciones tramposas con la propia SEC para el registro de las reservas de hidrocarburos, por parte de las transnacionales, en los contratos (de producción compartida) que Peña les oferta.

En consecuencia, la SEC (al igual que los funcionarios de Pemex), sabe que la “evaluación” a que está sujeto el proyecto de refinería no es sino la decisión sobre la reforma energética privatizadora. Si tal reforma se aprueba, el proyecto se entregará de inmediato a las transnacionales.

Por lo demás, Pemex NO tiene porqué informar a la SEC de sus planes y proyectos, menos tratándose de la refinación de petróleo crudo, habida cuenta que esta es necesaria e, incluso, urgente. Lo que el gobierno debe hacer es construir no una sino tres refinerías y dejar de importar cuantiosos volúmenes diarios.

El costo ya se elevó

Rodríguez refiere que el proyecto de refinería lleva así 6 años de retraso y sus costos se han elevado en 55% más, sin que se tengan avances sustanciales.

El 30 de julio de 2008 Pemex envió a la Cámara de Diputados un estudio de viabilidad para construir otra refinería en México, con la conclusión de proponer la instalación de un tren de refinación para procesar 300 mil barriles diarios de crudo, con una inversión inicial de 9 mil millones de dólares.

La propuesta técnica original elaborada por Pemex y aprobada por el Congreso demostraba que México podría tener una ganancia anual de 3 mil millones de dólares al año con dos trenes de refinación, además de estimular intensamente el empleo, la recaudación fiscal y la economía interna.

La nueva refinería tendría la capacidad de procesar 300 mil barriles diarios de petróleo crudo tipo Maya, con un valor estimado en 9 mil millones de dólares, y entraría en operación en 2015.

De acuerdo con las estimaciones iniciales, la ejecución del proyecto permitiría generar de 41 mil 400 a 48 mil 300 empleos, entre directos e indirectos, durante la fase de construcción, y de mil a mil 400 de manera permanente.

La propuesta era que la nueva refinería produciría 142 mil barriles diarios de gasolinas, 82 mil barriles al día de diesel y 12 mil barriles de turbosina. Todos los productos destilados serían de ultra bajo azufre. Se tenía previsto que no se producirían combustóleo ni asfalto.

Ahora este proyecto que debía entrar en operación en 2015 se ha pospuesto y su costo se ha elevado de los presupuestados 9 mil millones de dólares a 14 mil millones. Sin embargo, México realiza sustanciales importaciones de combustibles automotrices, por lo que sólo en 2012 erogó más de 4 mil 600 millones de dólares.

Solo hay una barda en el terreno

A noviembre de 2013 la paraestatal reporta trabajos de acondicionamiento del sitio, correspondientes a la construcción de la barda perimetral (concluida), retiro y confinamiento de basura (ya concluido), desvío de líneas de alta tensión (con avance de 63 por ciento), reubicación de los canales de riego que cruzan el predio (con avance de 77 por ciento) y conformación de plataformas, cuya ingeniería de detalle presenta un avance de 95 por ciento.

Mientras las importaciones de combustibles continúan en aumento, y no se plantea la autosuficiencia en materia de elaboración de combustibles a corto, mediano ni largo plazos, el uso de la capacidad de destilación primaria del Sistema Nacional de Refinación de Pemex se estableció en apenas 71.5 por ciento al cierre del tercer trimestre de 2013, publicó Rodríguez.

Como ha señalad el FTE, en 2012 se importaron en promedio 395 mil barriles diarios de gasolinas por un valor de 19 mil 107.5 millones de dólares (248 mil 588.575 millones de pesos). Solo ese gasto, en un año, equivale a 1.4 veces el costo total (aún revalorado) de la Bicentenario.

El problema no es económico sino político. El gobierno se rehúsa a refinar el petróleo crudo internamente para elaborar los productos petrolíferos que se requieren en el país, prefiere seguir importándolos. Luego, los políticos de medio pelo se quejan demagógicamente de esas importaciones y sacan como conclusión que Pemex se debe privatizar. Esa política es absurda y antinacional.


Ref: 2013, elektron 13 (434) 1-2, 24 noviembre 2013, FTE de México.







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