Volumen 13, Número 271, noviembre 9 de 2013
 


Refinería Bicentenario excluida de Pemex



En el Plan de Negocios 2014-2018 de Pemex, el proyecto de la refinería Bicentenario simplemente no aparece, ni existe ninguna referencia. El Plan es parte de la reforma energética privatizadora de Peña Nieto. Para los próximos seis años se proyecta seguir importando gasolinas, duplicando los volúmenes actuales. La nueva refinería sería privada a cargo de las transnacionales.


Pemex no construirá refinería

Así se publicó en el Universal.

Petróleos Mexicanos (Pemex) descartó de su Plan de Negocios 2014-2018, la construcción de la nueva refinería de Tula (Cruz N., en El Universal, 2 noviembre 2013):

En el documento presentado y avalado por el Consejo de Administración que dirige el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, que sienta las bases del trabajo que realizará la empresa en los próximos 5 años, se argumenta que con o sin reforma, se descarta la construcción del complejo cuyo costo se evaluó en 10 mil millones de dólares, por recursos limitados y asignación a proyectos más rentables.

Incluso, no desecha la posibilidad de salir al extranjero a comprar infraestructura de refinación.

En el documento, Pemex reconoce que durante la planeación y diseño del proyecto se han ido presentando retrasos no previsibles como la entrega de terrenos, prevista para 2008 y que fue de más de un año.

En 2010, durante el desarrollo de trabajos de análisis e inspección del terreno se identificaron vestigios arqueológicos lo que redefinió otra vez el plan.

Además, al terminar la ingeniería conceptual se realizaron negociaciones contractuales con tecnólogos para los contratos de ingeniería básica, aunque dada la complejidad de las negociaciones éstas duraron tres meses más a lo programado.

Por ello, se plantea que desde el punto de vista de la mejor asignación de recursos de inversión a nivel de Pemex, “los siguientes factores obligan al replanteamiento de la planeación presupuestal de este proyecto en el escenario de referencia de este Plan de Negocios.

La nueva refinería nació como uno de los proyectos de inversión más ambiciosos del gobierno de Felipe Calderón, que en el 70 aniversario de la expropiación petrolera del 18 de marzo del 2008 dijo que el complejo sería parte de un plan para enfrentar la crisis mundial y anuncio un presupuesto inicial de 12 mil millones de dólares.

El complejo, tal y como se diseñó, tendría una capacidad de procesamiento de 250 mil barriles diarios de crudo tipo y procesaría 76 mil barriles diarios de residuales.

Incluiría además, la construcción de 832 kilómetros de ductos para el transporte de crudo, gasoductos, líneas de interconexión interrefinerías para el residuo de vacío y productos, y un poliducto a la zona suroriente del Valle de México.

En síntesis, la nueva refinería estaría en condiciones de producir 161 mil barriles por día de gasolina y 125 mil de diésel.

De 2009, cuando se anunció formalmente su construcción, a la fecha se ha realizado un gasto para estudios de preinversión por 4 mil 480 millones de pesos y se tenía previsto destinar mil 542 millones más para 2014, de acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2013.

En los últimos meses y como parte del proyecto se han realizado acciones como la adquisición de tecnologías de proceso; desarrollo de ingenierías básicas y básicas extendidas; acondicionamiento del sitio, e integración de paquetes de concurso de contratos, entre otros.

También se firmó el contrato con el Instituto Mexicano del Petróleo para desarrollar la ingeniería básica y de detalle para ductos y estaciones de bombeo; CFE concluyó los estudios de caracterización de basureros y topografía; y, se concluyeron los estudios de impacto ambiental en colaboración con la UNAM.

Acabaron la construcción de la barda perimetral de 13.4 kilómetros y ahora realizan trabajos para el retiro de la basura municipal. De hecho, el proyecto había recibido críticas por el costo y porque el gobierno no aprovechaba la oportunidad de adquirir una o más refinerías en Estados Unidos, a precios no superiores a 500 millones de dólares.

No ha sido anulada oficialmente

Así lo difundió la agencia Reuters en La Jornada.

La paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) dejó fuera de su plan de negocios para los próximos cinco años el proyecto de construcción de una refinería en el estado de Hidalgo, pero un vocero de la empresa dijo el sábado que el plan no ha sido cancelado oficialmente (Reuters, en La Jornada, p.6, 3 noviembre 2013):

Mientras algunos medios de comunicación informan que el proyecto de construcción de la refinería de Tula había sido desechado, Pemex informó que no ha hecho tal anuncio.

“No hemos dicho que el proyecto ha sido cancelado”, dijo un vocero de Pemex que habló con la condición de anonimato.

Anunciada por primera vez en 2008, la construcción de la refinería de Tula, con una capacidad de procesamiento prevista de 250 mil barriles por día (bpd) de crudo se ha visto afectada por retrasos.

Hasta la fecha, sólo un muro que cubre el perímetro del proyecto ha sido completado.

En septiembre, Pemex anunció una inversión por casi 3 mil 500 millones de dólares en la actual refinería de Tula, la segunda mayor del país y que se ubica cerca de la unidad que se pretende construir.

La refinería de Tula puede procesar 325 mil bpd. El plan de negocios de Pemex, de 184 páginas, fue divulgado el viernes e incluye detalles de los proyectos de las cuatro filiales del monopolio estatal petrolero entre 2014 y 2018.

El plan toma en cuenta que los proyectos de gasolina de Pemex en las refinerías de Tula y Salamanca “sufrirán desviaciones mayores por inconformidades durante el proceso de asignación y por desempeño insuficiente del contratista”, pero no da más detalle de los planes para la refinería de Tula.

Ausente del Plan de Negocios

El mencionado Plan señala que, “en el plano político, el Gobierno Federal ha planteado el Pacto por México, acuerdo que incluye entre otros temas, realizar otra reforma energética que fortalezca a la industria petrolera, de gas natural, refinación y petroquímica, con el afán de aumentar su competitividad y asegurar el abasto de combustibles a precios competitivos”.

He allí la explicación a la ausencia del proyecto Refinería Bicentenario en el Plan de Negocios. El proyecto está cancelado para realizarse por administración directa a cargo de Pemex pero no lo está si se realiza por Shell, Chevron u otra transnacional en términos de refinería privada. La cancelación no es oficial aún porque la tal reforma de Peña Nieto no ha sido aprobada pero en cuanto ocurra volverá a reaparecer el proyecto siendo ofertado al capital privado extranjero.

El mismo Plan señala que “el volumen de crudo entregado a PEMEX Refinación durante 2012 se situó en 1,211 miles de barriles por día”. Esto confirma que no se necesita producir más, p.e., los 3 millones diarios que pretende Peña Nieto.

El Plan también dice que “el volumen de petróleo crudo disponible (producido) fue de 2,521 miles de barriles por día, de los cuales 49 por ciento se destinó a refinerías y 51 por ciento a exportación”. Esto es, Peña Nieto propone privatizar la industria petrolera nacionalizada para exportar petróleo pues la demanda interna no requiere producir más.

En cuanto a la Refinación, el Plan indica que “uno de los principales retos en la refinación de petróleo crudo es mejorar la eficiencia y el desempeño operativo en las refinerías del Sistema Nacional de Refinación (SNR). Esto implica incrementar la disponibilidad y la utilización de las plantas, aumentar los niveles de confiabilidad, fortalecer las prácticas operativas y reducir la intensidad energética que, en consecuencia, garanticen la rentabilidad de las inversiones e incrementen el margen de operación de las instalaciones”.

Esto es, “el desempeño operativo” se basa en las actuales 6 refinerías, todas obsoletas por haber concluido su vida útil. En ningún momento se menciona siquiera la posibilidad de construir una nueva refinería, haciendo falta al menos 3 en estos momentos. ¿Esto qué quiere decir? Que Pemex no construirá a la refinería Bicentenario ni a ninguna otra. Al contrario, se seguirá importando gasolinas.

Ten es así que el mismo Plan proyecta que “las importaciones de gasolinas ascenderían a poco más de 739 miles de barriles diarios hacia el año 2020”. Esto representaría en los próximos 6 años que las actuales importaciones de gasolinas aumenten al doble, con todas sus nefastas consecuencias.

¿Que propone, entonces, el Plan? “Modernizar” a la refinería de Salamanca, y construir la infraestructura para producir gasolina y diesel con ultrabajo contenido de azufre, entre otros proyectos.

Por otra parte, el Plan indica que “la cartera de inversiones de PEMEX Refinación contiene proyectos orientados al desarrollo de nueva infraestructura y a la modernización de la existente, con el objetivo de incrementar la capacidad de producción, de distribución, de almacenamiento y de reparto de petrolíferos en el país, así como para cerrar las brechas en eficiencia operativa y energética mediante proyectos de mejoramiento del desempeño operativo (MDO)”.

Es decir, la burocracia enemiga de Pemex, encabezada por Emilio Lozoya, prepara las condiciones para un Pemex reducido y empequeñecido que cederá sus funciones estratégicas a las transnacionales, de acuerdo a la propuesta de reforma privatizadora de Peñita.

Todo privatizado

La política oficial es bastante obvia y burda. Si su política se basa en privatizar todo, desnacionalizando a la industria petrolera (y eléctrica), en sus planes simplemente no aparece ningún proyecto propio nuevo. Todo será privatizado. Así, la nueva refinería será construida por las transnacionales.

Mientras, se seguirá con las importaciones de gasolinas. En 2012, las importaciones ascendieron a 395 mil barriles diarios, el 47.8% de la demanda nacional, el resto (418 mil barriles diarios) fueron producidos internamente. La tendencia anual de las importaciones es creciente.

Para el 2020, el Plan de Negocios de Pemex proyecta que se importen 739 mil barriles diarios. Esto significa que en los próximos seis años, se duplique el volumen importado de gasolinas.

Para esa fecha, la refinería más “nueva” de Pemex (Cadereyta) habrá cumplidlo 40 (cuarenta) años de operación.

La refinería Bicentenario de Tula produciría 161 mil barriles diarios de gasolinas y se cancela para entregarla a las transnacionales. Si la política petrolera fuera más racional, en estos momentos se necesitarían 3 (tres) nuevas refinerías equivalentes, como lo propone la Política Energética Independiente.

El gobierno, sin embargo, le prohíbe a Pemex construir refinerías, prefiere entregar las funciones estratégicas al imperialismo.

Con la reforma privatizadora de Peña Nieto, ¿qué hará Pemex? Cualquier cosa, ni siquiera otorgará contratos, eso lo hará una oficinita del gobierno que podría otorgarle algún contrato o contratito a Pemex para realizar sus propias funciones. La reforma de Peña Nieto no es solamente agresiva sino ridícula. Pemex quedaría como “empresa pública”, siendo actualmente INDUSTRIA, dedicada a promover a los proveedores nacionales, en calidad de socios menores de las transnacionales.

No solo el Plan de negocios, también la Estrategia Nacional de Energía y, por supuesto, el Pacto contra México, reiteran la misma política antinacional: todo privatizado, nada a cargo de Pemex. La paraestatal no desaparecería de inmediato pero entraría en extinción sistemática y degenerativa. Aprobada la reforma, Pemex sería una institución aniquilada, que conservaría el mismo nombre, solo el nombre, pero no las funciones estratégicas que ahora realizarían las corporaciones. El robo a la nación es cínico, perverso y alevoso.


Ref: 2013, elektron 13 (397) 1-4, 4 noviembre 2013, FTE de México.



Terrenos donde se construiría la refinería Bicentenario en Tula, Hidalgo
FOTO: El Universal



El ITAM está apoderado de la dirección de Pemex y propone refinerías privadas





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