Volumen 13, Número 269, octubre 24 de 2013
 


No producir gasolina mejor importarla: Lozoya



Funge como director de Pemex pero es su enemigo declarado. El economista egresado del ITAM es ajeno a la industria petrolera y dice que es “falso” que con la reforma energética de Peña Nieto se pretenda privatizar a Pemex. El falso y mentiroso es Lozoya. Con esa reforma se privatizaría y DESNACIONALIZARIA a la industria energética de México en TODAS sus fases estratégicas. Tan es así que, ahora, Lozoya insistió en privatizar la refinación de petróleo crudo, al tiempo que se sigue importando en vez de producirla en el país.



Pemex no, ExxonMobil sí: Lozoya


Refinación de crudo es cuestionable: Lozoya

La inversión en instalaciones para refinar crudo “es cuestionable hoy en día”, afirmó Emilio Lozoya Austin, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), en un momento en que la construcción de una instalación de este tipo, el acuerdo más tangible de la reforma energética de hace cinco años, se mantiene en suspenso (González R., en La Jornada, p.27, 23 octubre 2013).

“Invertir hoy en día en refinación es cuestionable, ya que hay capacidad instalada en exceso a nivel mundial”, aseguró Lozoya, en una reunión de empresarios. “Por lo tanto, Pemex está evaluando todas las opciones sobre la mesa desde el punto de vista de la rentabilidad”, abundó.

Como parte de la reforma energética de 2008, el entonces gobierno del panista Felipe Calderón y el Congreso acordaron la construcción de una refinería en Tula, adicional a la que existe, para tratar de abatir el déficit que enfrenta el país de derivados de crudo, especialmente gasolina, de la que importa la mayor parte del consumo nacional. En una entrevista el mes pasado con La Jornada, Lozoya dio a conocer que el proyecto no mostraba avances.

Lozoya es falso y mentiroso

Construir la refinería de Tula NO es ningún resultado de la reforma energética de 2008. Ese NO fue ningún acuerdo. Cierto es que Calderón pretendió privatizar la refinación del petróleo crudo y no lo logró. Pero eso no condujo a construir ninguna nueva refinería.

El nuevo proyecto surge como una necesidad inaplazable, habida cuenta que la capacidad nacional de refinación no satisface las necesidades nacionales. Eso no es de ahora ni desde 2008 sino muchos antes. Las actuales 6 refinerías que existen en el país son obsoletas. La más reciente, Cadereyta, inició sus operaciones en 1979, lleva ya 34 años.

Con esa planta industrial envejecida, no obstante diversas reconfiguraciones, Pemex produce menos de lo que se necesita. En 2012, la demanda interna fue de 826 mil barriles diarios de gasolina y la producción nacional fue de 418 mil barriles diarios. La diferencia, 395 mil barriles diarios, es decir, el 47.8%, se importaron.

En tales condiciones, no se necesita solamente una refinería más, como la Bicentenario, con una capacidad de proceso de 150 mil barriles diarios; hacen falta al menos 3 refinerías adicionales a las actuales. Que esta refinería se haya retrasado no es por motivos técnico-económicos sino políticos, precisamente, para forzar la privatización. Eso es lo que proponen Peña Nieto, Videgaray y Lozoya.

¿No es privatización?

Los argumentos de los opositores a la reforma energética, en el sentido de que busca la privatización de Petróleos Mexicanos, son falsos, aseguró Lozoya Austin en una reunión de empresarios nacionales y extranjeros. Afirmó que el Estado mexicano se enfrenta a la disyuntiva de permitir la participación del capital privado para incrementar la producción de crudo y reducir el costo de insumos como electricidad y gas o contratar deuda para hacerlo, “un camino que ya se recorrió y es incorrecto para México.

“La propiedad de los recursos naturales seguirá siendo de la nación”, sostuvo Lozoya Austin, al participar en el tercer y último día del foro México cumbre de negocios. “Se ha venido diciendo por algunas fuerzas políticas que la reforma es privatizadora y esto es falaz”, afirmó.

La reforma pretende que los recursos naturales sigan como propiedad del país al 100 por ciento. Pemex seguirá como empresa mexicana y simplemente se busca que pueda compartir los riesgos de algunas actividades, que hoy asume al 100 por ciento, con particulares, mencionó.

Pemex requiere invertir 60 mil millones de dólares al año para elevar la producción de crudo a 2.5 millones de barriles diarios (produce alrededor de 2.2 millones) y a 3 millones en los siguientes años, dijo.

Es DESNACIONALIZACION

No es la privatización de Pemex lo que pretende Peña Nieto sino la PRIVATIZACION de la industria petrolera nacionalizada. El que miente es Lozoya. Si no se pretende la privatización, entonces, ¿para qué la reforma constitucional? ¿Por qué, precisamente, se ELIMINA del artículo 28 constitucional la palabra hidrocarburos que es, actualmente, una actividad estratégica, lo mismo que la petroquímica básica y la electricidad?

Lozoya, además de inepto es torpe, de petróleo no sabe nada, Peña lo puso en Pemex para destruir a la paraestatal. En cuanta oportunidad tiene Lozoya de declarar solo dice burradas, ni siquiera ha leído a la actual Constitución.

Si las actuales actividades estratégicas se eliminan de la Constitución, eso conduce a la privatización de las mismas por la vía de la participación privada. Las actividades estratégicas, a cargo exclusivo del Estado como lo indica el párrafo 4º del artículo 25 constitucional, se volverían prioritarias en las cuales puede participar el sector privado.

Con la reforma de Peña Nieto, el proceso de trabajo petrolero sería totalmente desintegrado y, sus diversas fases, serían privatizadas. Eso incluye a la Exploración y Producción de hidrocarburos, Refinación de petróleo crudo, Procesamiento de gas, y Desarrollo de la petroquímica, además del transporte, distribución y almacenamiento de gas natural y de productos petrolíferos, petroquímicos y agrocombustibles por medio de ductos y su almacenamiento.

Todo eso significa que las funciones constitucionalmente estratégicas se entregarán a las transnacionales. Esas funciones, las corporaciones las realizarían con infraestructura industrial de su absoluta propiedad privada. Para ello, dispondrán de los recursos naturales energéticos, de los cuales se apropiarán. Lo que dice Lozoya es demagogia barata.

Lozoya, Peña y Videgaray repiten que el petróleo seguirá siendo propiedad “del país”. Otras veces dicen que seguirá siendo propiedad “del Estado”. Beltrones llegó al extremo de decir que seguirá siendo propiedad “del gobierno”, “el gobierno seguirá siendo el dueño absoluto”, precisó. TODOS mienten y no son opositores, sino promotores de la reforma.

El petróleo NO es del gobierno, ni del país en general, ni siquiera es del Estado, ES de la nación. Eso es my diferente. Que sea de la nación le confiere un régimen de propiedad nacional, esto es, se trata de un patrimonio colectivo sobre el cual no se pueden tomar decisiones unilaterales.

La misma Constitución establece que este derecho es INALIENABLE e IMPRESCRIPTIBLE. Eso quiere decir que no se puede alterar a capricho de unos cuantos y que tal derecho no prescribe. Lo que hacen Peña, Videgaray, Beltrones y Lozoya es apropiarse del patrimonio de la nación y entregarlo al capital extranjero, sin tener facultades y sin que nadie los haya autorizado para ello.

Que Pemex “seguirá como empresa mexicana” implica una descarada trampa. No es lo mismo nacionalización que estatización o mexicanización. En este último caso, se considera así a cualquier empresa constituía (o de propiedad) de mexicanos y, generalmente, son empresarios privados mexicanos, pudiendo ser uno o varios. Eso es lo que quieren: a Pemex S.A. o mejor PeUSA.

Desde el momento en que se habla de empresa, en vez de industria, Lozoya habla de un Pemex fragmentado, reducido a su mínima expresión. Actualmente, Pemex es una industria, no empresa, y es de propiedad nacional de la nación mexicana.

El manipuleo que hacen Peña, Videgaray y Lozoya es para justificarse y seguir confundiendo a la sociedad. Es la característica de los traidores. Hablan sin pudor de las “reformas que necesita México”, siendo que es exactamente al revés. La privatización energética no es necesaria, es nociva.

Lozoya ahora habló de 60 mil millones de dólares “por año”, necesarios como inversión para producir 3 millones de barriles diarios de petróleo. En cada ocasión habla de cifras diferentes. La vez anterior dijo que esos recursos se necesitaban a lo largo de 5 años. Como sea. ¿Para qué quiere elevar la plataforma de producción de crudo? Para exportarlo a los Estados Unidos. En México, la demanda nacional no llega a la mitad de la producción actual.

Además, ¿donde está ese abundante petróleo que hay que extraer? NO EXISTE. Aparte de las reservas probadas que son relativamente escasas, lo demás está constituido mayoritariamente por recursos prospectivos, es decir, no descubiertos.

Por otra parte, ¿para qué seguir exportando petróleo crudo, al tiempo que se importan petrolíferos, principalmente gasolinas, y petroquímicos? Para seguir con el círculo viciado en favor del imperialismo. Para Lozoya, de manera estúpida, es preferible importar gasolina que producirla en México. Es la consecuencia de ser un ignorante de la industria petrolera dedicado solamente a repetir el discurso de sus jefes.


Ref: 2013, elektron 13 (375) 1-3, 23 octubre 2013, FTE de México.





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