Le dicen energía “limpia” pero se produce sobre la base del despojo a comunidades enteras. Las transnacionales y sus filiales no saben de energía “limpia” sino de negocios “sucios”. A la fecha, existen 42 proyectos eólicos privados, especialmente, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. En todos los casos, la Comisión Reguladora de Energía ha obsequiado a las corporaciones con ilegales permisos privados de generación eléctrica. Con esa impunidad, el capital privado ha dividido a las comunidades, las ha corrompido, ha promovido la violencia y se ha apropiado de la tierra y sus recursos.

En 2008, durante la discusión sobre la reforma energética que promovió Calderón, el llamado Partido Verde Ecologista de México (PVEM) propuso una Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética.

Un día antes fue presentada esta Ley al pleno. Como siempre ocurre, los diputados y senadores la aprobaron sin siquiera haberla leído.

De acuerdo a esta Ley, el aprovechamiento de las fuentes renovables se hace a través de permisos privados de generación eléctrica otorgados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), oficina creada por el Banco Mundial en 1993, con facultades adicionales otorgadas en 2008.

De acuerdo a la mencionada Ley, la CRE otorga permisos privados tratándose de las siguientes fuentes renovables:

a) El viento;

b) La radiación solar, en todas sus formas;

c) El movimiento del agua en cauces naturales o artificiales;

d) La energía oceánica en sus distintas formas, a saber: maremotriz, maremotérmica, de las olas, de las corrientes marinas y del gradiente de concentración de sal;

e) El calor de los yacimientos geotérmicos;

f) Los bioenergéticos, que determine la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, y

g) Aquellas otras que, en su caso, determine la Secretaría, cuya fuente cumpla con el primer párrafo de esta fracción

Esto es, todas las fuentes de energía renovable quedaron sujetas ala privatización, incluso “aquellas” que determine la Secretaría de Energía (Sener), lo cual es absurdo. De las actuales fuentes, hay varias que no se utilizan en México, p.e., la energía de los océanos, pero ya está privatizada. El uso de biocombustibles constituye un verdadero crimen pero ya está privatizada esta actividad. La radiación solar es una fuente importante en vías de privatización, sin que nadie pueda reclamar la propiedad privada del Sol. El agua, que en México es cada vez más escasa, está privatizada SIN límite; en 2008 se puso el límite de 30 megawatts (MW) pero en posterior reforma se eliminó tal restricción.

Los gobiernos en turno han establecido programas de apoyo para el uso de fuentes renovables de energía. En la Estrategia Nacional de Energía 2013-2018 se indica que debe aumentarse su aprovechamiento, siempre por parte del sector privado.

Como parte de estos apoyos, el gobierno actualiza un Inventario Nacional de Energías Renovables, a corto, mediano y largo plazo; publica un atlas nacional de zonas factibles para desarrollar proyectos eólicos; y, expide normas, metodologías y directivas.

Entre otras acciones, las transnacionales y sus filiales participan de la llamada “Temporada abierta” para presentar sus propuestas ante la CRE. Esta obliga a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a construir, con recursos públicos, la infraestructura de interconexión al Sistema Eléctrico Nacional (SEN). No nadamás, los privados generan en alguna parte del país y comercializan la electricidad en puntos distantes. Para ello, utilizan las redes eléctricas nacionales, de transmisión y distribución, así como al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), infraestructura de la CFE puesta su servicio.

Casi todos los proyectos operan en la modalidad de falso Autoabastecimiento (AUT), especialmente remoto. Se trata de un fraude porque NINGUNA corporación genera para satisfacer sus propias necesidades sino la de sus clientes. Esa modalidad AUT es utilizada para encubrir los ilegales negocios.

Un permiso de la CRE representa para las transnacionales una carta de impunidad para posesionarse de las tierras escogidas, sin importar que sean comunales o ejidales, así como del viento y el agua. Las corporaciones se posesionan mediante rentas simbólicas de las tierras, previa corrupción y división de la comunidad, rompen el tejido social y son fuente de conflicto permanente, utilizando la violencia con el apoyo de los gobiernos municipales y estatales.

Al 30 de junio de 2013, la CRE había otorgado 36 permisos privados de minihidráulica (a base de agua), 20 permisos a base de biogás, 42 a base de viento y 19 de radiación solar.

Para los primeros, la modalidad es de AUT y Pequeña Producción (PP); para los segundos, se trata de AUT y Cogeneración (COG); y, para los terceros, es AUT y Productor Privado Independiente (PIE). Los permisos a base de radiación solar son en la modalidad AUT y PP. El total actual es de 117 permisos.

También, se han otorgado 54 permisos a base de combustóleo y bagazo de caña, principalmente a ingenios azucareros.

La capacidad de generación de los permisos a base de agua es de 2,188.81 gigawatts-hora (GWh); a base de biogas es de 716.56; a base de viento es de 14,494.84; y, a base de radiación solar es de 609.10 Gwh. Esto hace un total de 18,009.31 GWh.

Los actuales proyectos eólicos se ubican en Oaxaca, Baja California, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas, Sonora, Nuevo León, San Luis Potosí, Puebla y Jalisco.

La propuesta de reforma energética de Enrique Peña Nieto, orientada a la desnacionalización petrolera y eléctrica, propone la privatización de TODAS las fuentes, renovables y no renovables, de energía, en el mayor acto de despojo a la nación desde 1847 cuando el imperio nos arrebató más de la mitad del territorio nacional, hoy sería peor, al incluir los 575 mil kilómetros cuadrados del mar patrimonial.

La de Peña Nieto es una política antinacional pero no es la única opción. El FTE de México propone una Política Energética Independiente. Como parte de esta, propone la utilización de las fuentes renovables de energía, especialmente la solar, a cargo exclusivo de la industria eléctrica nacionalizada. La privatización es innecesaria y lesiva a la nación.


* Colaboración para el periódico La Calle de la Sociedad, Toluca, Estadio de México.


Ref: 2013, elektron 13 (360) 1-4, 14 octubre 2013, FTE de México.

Permisos privados de generación, a base de VIENTO, 30 de junio de 2013