Volumen 13, Número 267, octubre 10 de 2013
 


AMLO volvió a rajarse



Mucho ruido y pocas nueces, mucha masa y cero acciones, mucho apoyo y nada de nada. López Obrador anuncia una desobediencia civil desdibujada. Habrá cercos a las Cámaras de diputados y Senadores el día que dictaminen sobre la reforma energética privatizadora. Eso significa dar por aceptada tal reforma. También enviará cartas a las transnacionales. Ninguna responderá. Dijo que se promoverá que no se pague la luz ni impuestos. ¡Órale, hay que quebrar más pronto a la CFE! La situación es patética.


“Izquierda” sin cabeza

Las declaraciones de personeros del imperialismo a los medios extranjeros eran que “el bronco pateará pero nadamás”. Estaban exagerando, ni hay bronco ni pataleo. Esta vez, se anunció como la tercera marcha de Morena contra la reforma energética. Desde la primera, AMLO comparó la situación con el intento de desafuero de 2000 y dijo que, así como el pueblo lo impidió, esta vez también impediría la reforma energética del gobierno.

Para algunos, esos rollos todavía suenan re´bonitos y “el pueblo” en general se siente halagado, lo mismo el señor cuando, animados por la maestra de ceremonias, le contestan: “¡Obrador, Obrador!”.

Si la situación no fuera tan grave se diría que sigue la misma dinámica electorera y nada relevante pasaría. Pero, como la situación no es solo grave sino alarmante, mejor decir las cosas como son, llamándoles por su nombre.

La lucha contra la reforma energética de Peña Nieto está cuesta arriba, no está perdida pero va para allá. La razón fundamental es la ausencia organizada de los trabajadores, especialmente, del sector energético. Desde 1976, cuando fue reprimida militar y políticamente la Tendencia Democrática del SUTERM se trazó la hoja de ruta fatídica. Sin esa fuerza social organizada, la nacionalización se interrumpió, se revirtió y ahora se entra en la desnacionalización.

La otra razón es la persistente crisis política de la llamada “izquierda”, actualmente reducida al ámbito electorero. Incapaz de haber entendido la nacionalización, omisa ante la represión contra la Tendencia Democrática, acrítica ante las reformas regresivas en materia petrolera y eléctrica de 1992, 1995, 1996 y 2008, peor aún condescendiente con estas reformas al aprobarlas sucesivamente, carente de alternativas, sin política energética, proclive a ser parte del Estado y corromperse, es incapaz de organizar la lucha social.

La principal deficiencia es la carencia de liderazgo y dirección política. Han repetido que tienen masas, que numéricamente son muchos. Es cierto. Muchos mexicanos (as) tienen puestas sus ilusiones en López Obrador. Pero éste abusa de la buena fe del pueblo.

Ingenuidad política

En caso de que Peña Nieto se niegue a hacer la consulta sobre la reforma energética, como lo propuso Morena, López Obrador convocó al pueblo a preparase (sic) para la “desobediencia civil pacífica”. Eso lo dijo en Tlalnepantla, a donde acudió a “orientar” (sic). No se conocía la respuesta de Peña Nieto a la petición que se le hizo para que convoque a una consulta sobre su reforma. AMLO dijo que no iba a esperar.

Llegó la marcha de este 6 de octubre y otra vez miles de mexicanos se desbordaron en la capital del país. Es evidente que hay rechazo popular a la reforma de Peña Nieto. Muchos, ilusionados, esperan que López Obrador “oriente”, como él dice. Nada hay de eso.

Habiéndose conocido la respuesta negativa de Peña Nieto a convocar la consulta que le solicitó AMLO, éste dijo que no debía tomarse como definitiva (sic). Eso suena ridículo. Entonces, ahora le pidió a Peña que confirme o desmienta que hay acuerdo previo con las transnacionales. Como político, AMLO parece ingenuo.

AMLO descalificó la iniciativa de Peña y llamó a movilizarse. ¿Qué movilización?

Plan de acción

AMLO propuso una consulta entre los miembros de Morena sobre “El plan de acción para frenar (sic) la privatización de la industria energética y para los aumentos de impuestos” (Urrutia A., Méndez E., en la Jornada en internet; Padilla L., Damián F., en Milenio, 6 octubre 2013).

Las propuestas son las siguientes:

Opción uno: Organizar un cerco civil pacífico a la Cámara de Senadores cuando comience a dictaminarse la iniciativa de reforma presentada por el presidente Enrique Peña Nieto a los Artículos 27 y 28 de la Constitución.

Si el Senado aprueba la reforma, organizar un cerco alrededor de la Cámara de Diputados. Y si esta Cámara ratifica la minuta del Senado y se turna al Constituyente Permanente, iniciar un cerco pacífico a los 31 Congresos de los estados, porque, se explica en las boletas repartidas, “al ser una reforma constitucional requiere de la ratificación de al menos 16 Legislaturas locales”.

Opción dos, que incluye trece acciones de resistencia civil pacífica y desobediencia civil:

Llevar a cabo otra concentración nacional en el Zócalo el 27 de octubre, a las 10 horas, con una mayor participación ciudadana.

Usar un listón tricolor como símbolo de la lucha por la soberanía y contra la reforma energética y el aumento de impuestos.

No ver los programas de Televisa “porque manipula la información, oculta la verdad y favorece intereses de los grupos de poder”.

Promover el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías para informarse e informar del movimiento.

Difundir en las redes sociales el hashtag #EPNTraidoralaPatria.

No comprar a “empresas que fueron cómplices del fraude electoral (de 2012), como las tiendas Soriana”.

Organizar un apagón cada sábado que el gobierno federal aplique los gasolinazos, de 19 a 20 horas.

Promover amparos masivos y acciones colectivas para no pagar la electricidad ni los aumentos de impuestos.

Formar brigadas para informar del saqueo de los bienes y recursos de la nación.

Construir una alianza nacional con organizaciones sociales, políticas y ciudadanas con el objetivo de frenar la reforma energética y el aumento de impuestos.

Enviar cartas a los presidentes de las compañías petroleras Exxon, Chevron y Shell para informarles que los contratos de utilidad compartida “que se promueven con la reforma no tendrán validez legal”. En este punto se afirma que “el petróleo no es de Peña, es del pueblo y de la nación”.

En caso de que se apruebe la reforma, crear una comisión de seguimiento de los contratos de utilidad compartida y elaborar un memorial de la ignominia con los nombres de los senadores, diputados federales y diputados locales que aprueben la reforma energética y aumento de impuestos.

Y la opción tercera incluye la suma de éstas dos anteriores propuestas.

Al leer el contenido de las boletas, Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, dijo que esta consulta paralela a la que se inició para demandar que el gobierno federal pida la opinión popular antes de promover la privatización del petróleo, estaba prevista para la próxima semana. Sin embargo, dijo, se decidió llevarla a cabo hoy mismo para no volver a convocar el próximo fin de semana y no desgastar el movimiento.

López Obrador también señaló que era preferible llevar a cabo una votación con boletas que pedir la opinión de los simpatizantes de Morena a mano alzada. Después preguntó a los miles de personas que se congregaron en Paseo de la Reforma, desde el cruce con Juárez hasta Insurgentes: “¿Vamos para adelante? ¿Entre todos vamos a decidir? ¿Vamos a invitar a otros a que se sumen? ¿Nos vamos a tomar el tiempo?”.

Ante la respuesta positiva de la asamblea señaló que no debe descartarse la posibilidad de que el gobierno se desista “porque se trata de una demanda racional, y de elemental justicia” (sic).

Propuestas contradictorias y ridículas

AMLO anunció el plan de acción “para revertir la reforma energética”, dándola por aceptada. Sí, lo primero que propuso fue realizar “un cerco” el día que el Senado dictamine la reforma, en cuya sesión es previsible que se apruebe.

Si eso ocurre, la siguiente acción sería “un cerco” a la Cámara de Diputados, que también aprobará la reforma.

Esto es, AMLO propone organizar la comparsería, nunca “revertir” la reforma. Un cerco en las Cámaras, el día que decidan, es dar por aceptada la reforma privatizadora. ¿De qué servirá ese cerco? De ornato en las calles mientras los legisladores deciden el asalto a la nación. Morena parece el sector de izquierda del PRI, encarado de administrar el descontento

Luego, los obradoristas seguirían con los “cercos” en los Congresos estatales. ¿Con eso se “revertiría” la reforma? ¡Jamás!

En otra opción, AMLO propuso la “desobediencia civil pacífica”. ¿Qué entiende por esto el señor?

Una marcha, ahora el 27 de octubre, DESPUES de aprobada la reforma privatizadora. ¿Qué más? Usar un listón tricolor, no ver a Televisa (¿Y TV Azteca, y Milenio qué?), no comprar en tiendas Soriana. Estas propuestas son ridículas y, ni con todas juntas, se podría “revertir” ninguna reforma.

En otros aspectos se propuso organizar apagones cada sábado que se apliquen los gasolinazos, promover amparos para no pagar la electricidad y enviar cartas a las transnacionales.

Organizar esos apagones es algo declarativo, Morena no tiene estructura para concretarlo. Promover que no se pague la electricidad es una provocación cínica e irresponsable. ¿Quieren que les corten la luz? o, ¿AMLO también es Fugimorista y aprovecha para ampliar la campaña contra la CFE? ¿Así va a “revertir” la privatización? Esa medida no la pudo sostener el SME, tampoco puede Morena, más bien ambos son presas de la provocación y el engaño a sus seguidores, revelando que carecen de política energética, se oponen a la privatización atacando a la industria eléctrica nacionalizada. En cuanto a las cartas a las transnacionales, es previsible que no habrá respuesta.

Se raja y engaña

Carece de sentido revisar las implicaciones y motivos sicológicos del caso. En política lo que importa son los hechos. Otra vez, AMLO se rajó a la hora buena y engaña a sus seguidores.

Hace dos meses que Peña Nieto presentó su absurda propuesta. AMLO estuvo jugando con la primera marcha, que se hizo solo para convocar a una segunda. En esta pidió a Peña que convocara a una consulta. Peña contesto que no lo hará. En la tercera marcha AMLO propuso organizar “cercos” en las Cámaras el día que se vote la propuesta.

Esto último, dijo, es el plan de acción “para revertir” la reforma. No hay tal, de esa manera no se revierte nada, al contrario SE AVALA la privatización energética.

A esas ocurrencias ni siquiera se le puede llamar “plan de acción”. Se trata de vil demagogia engañabobos. Sí, AMLO abusa de la buena fe de sus seguidores y los engaña, engañando también a la nación. Esa ni es lucha ni resistencia ni desobediencia civil.

Lo anterior tiene significado profundo. Revela que el culto a la multitud, al número, es algo muy engañoso. Sí, hay mucha masa pero es informe y hueca, y sobre todo, incapaz de accionar, todo se limita a oír el monólogo que es muy malo. El número es muy importante pero se comprueba que no es determinante, falta la unidad basada en la organización y guiada por el saber, esto es, una dirección política con un programa y una estrategia correcta.

Los hechos también revelan que AMLO ni tiene los tamaños ni quiere, es un político empírico, forjado en la tradición y enseñanzas del priísmo, incapaz de reaccionar ante una situación de emergencia.

¿Quieres que algo no se resuelva? Forma una comisión, dicen los priístas. AMLO lo aprendió bien. Por eso propone que, si se aprueba la reforma, se forme una comisión que de seguimiento a los contratos. ¡Ridículo! Eso no podrá hacerlo ni el gobierno.

Nadie está proponiendo que se siga una vía no pacífica, esa es una falsa dicotomía obradorista, ni siquiera se proponen medidas radicales. Lo que se propone es algo muy sencillo que, sin embargo, AMLO niega.

Proponemos que se organicen acciones territoriales, en 2 mil de los municipios del país. Las acciones van desde repartir volantes, hasta realizar mítines, festivales, foros y marchas. Es decir, desplegar las fuerzas para unificar voluntades con una dinámica propia. “cercar” a las Cámaras conduce a actividades pasivas e inútiles, solo en la capital del país (o de los estados) y a posteriori. Las acciones se deben hacer ANTES y ya.

¿Qué le pasa a AMLO? Nada nuevo, volvió a rajarse. Luego dirá que, “cuando gane la presidencia revertiré la situación”. Ya van varias veces, en distintos casos, que repite la especie. AMLO no ganará pero, si ganara, se volvería a rajar, no tiene remedio.


Ref: 2013, elektron 13 (345) 1-4, 7 octubre 2013, FTE de México.



Participantes en la marcha de Morena, 6 octubre 2013 FOTO: A. Ojeda







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