Volumen 13, Número 263, septiembre 20 de 2013
 


Comesa, filial privatizadora de Pemex



La filial de Pemex constituida ilegalmente con Schlumberger para realizar la exploración petrolera, participa hace tiempo en la privatización furtiva. Ahora repite a Peña Nieto cifrando la “transición energética” en el gas de lutitas. Comesa hace cuentas alegres sumando los recursos prospectivos, no descubiertos, para hacer sus estimaciones. Esos recursos, actualmente, no existen. La política eléctrica de las transnacionales, basada en el gas natural, es inconveniente para México.


Supuestos vastos recursos

Adán Oviedo, director de la Compañía Mexicana de Exploraciones S.A. de C.V. (Comesa, empresa de participación estatal mayoritaria, con 60 por ciento de Pemex y 40 por ciento de Schlumberger), aseguró que el país cuenta con vastos recursos en hidrocarburos para al menos 60 años. Dijo que la existencia de shale gas o gas de lutitas permitirá a México llegar a una transición energética muy tersa (Rodríguez I., en La Jornada, p.18, 15 septiembre 2013).

Informó que en 110 años de actividad petrolera en el país, “hemos producido 55 mil millones de barriles de crudo equivalente, pero todavía tenemos reservas por 44 mil millones y recursos prospectivos por descubrir de hidrocarburos convencionales (crudo y gas) del orden de casi 55 mil millones de barriles, y si añadimos los no convencionales (shale gas y shale oil) estamos hablando de 60 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente”. Entonces, agregó, contamos con casi 150 mil millones de barriles por producir y por descubrir. Es decir, que si calculamos con variantes fijas de producción e inversión, y considerando la probabilidad y la estadística de la ocurrencia de estos recursos, “con toda seguridad estamos hablando de que en México tenemos recursos petroleros al menos para los próximos 60 años”.

Cuentas alegres

Pemex reportó que, al 1º de enero de 2013, las reservas totales de hidrocarburos, es decir, las reservas probadas más probables más posibles, ascienden a 44,530.0 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. De este volumen, 13,868.3 millones de barriles son reservas probadas, 12,305.9 millones de barriles son probables y 18,355.8 millones de barriles son reservas posibles (Pemex, Memoria de Labores 2012).

Pero, de la distribución porcentual de las reservas, corresponde a petróleo crudo el 69.2%, lo demás son líquidos y condensados. De manera que las reservas probadas (1P) de petróleo crudo son de 9,596.86 millones de bpce.

La relación reserva-producción, cociente que resulta de dividir la reserva remanente al 1º de enero de 2013 entre la producción de 2012 en petróleo crudo equivalente, es de 10.2 años para las reservas probadas, 19.3 años para las reservas 2P y de 32.9 años para las reservas 3P, datos que fueron calculados considerando una producción acumulada de 1,353.2 millones de barriles de petróleo crudo equivalente para el año 2012.

De manera que, lo seguro son las reservas 1P mismas que, al actual ritmo de producción, apenas alcanzarían para 10.2 años. Lo demás es incierto.

Más inciertos son los recursos prospectivos, referidos a recursos NO DESCUBIERTOS mismos que, en este momento están en el nivel de hipotéticos o imaginarios. Esto vale para los recursos prospectivos de crudo en las aguas profundas, así como, para el aceite y gas de lutitas.

En este último caso, en la presentación a inversionistas de Pemex de mayo de 2013, se informó que se estiman recursos prospectivos de gas de lutitas de 150 a 459 mil millones de pies cúbicos de gas de lutitas. En la versión en inglés se habla de 60.2 miles de millones de barriles de petróleo equivalente como reservas prospectivas de aceite/gas de lutitas.

Esas “reservas” todavía no pueden considerarse tales porque, sencillamente, no han sido descubiertas. Solo se han identificado oportunidades exploratorias.

Además, en el caso de las lutitas deben considerarse los costos de exploración y producción, agravados por el despilfarro de agua y el devastamiento ambiental que se ocasiona por el fracking hidráulico.

¿Gas lutita, vital en la transición energética?

Al participar en el primer Seminario sobre energía y minerales en México, Pemex y CFE ante la reforma energética en el México de 2013, ¿privatización o modernización?, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, el funcionario detalló que en el país 90 por ciento de la generación de energía depende de los hidrocarburos.

Consideró que las necesidades de suplir en las próximas décadas la energía a escala mundial, y México no es la excepción, van a estar muy concentradas en la explotación de recursos no convencionales, como el gas lutita, que van a requerir de grandes montos de inversión para su extracción, además del desarrollo e innovación de tecnología para poder extraerlos comercialmente.

Gas de lutitas inconveniente para México

Cifrar las esperanzas de la “transición energética” en el gas de lutitas es parte de una política energética errónea y falsa. Los gringos dicen que México es la cuarta potencia mundial en reservas de ese tipo de gas. Pemex y Oviedo solo repiten. En México nadie sabe cuánto hay. Las regiones que se consideran son Chihuahua, Sabinas, Burro-Picachos, Burgos, Tampico-Mizantla y Veracruz. En las primeras se considera principalmente gas seco y, en las dos últimas, aceite.

Pero reiteramos, se trata de recursos no descubiertos. La Agencia Internacional de Energía dice que podrían haber hasta 681 mil millones de pies cúbicos de gas. Pero no se sabe bien.

Además, para sacar ese gas del subsuelo terrestre se necesitarían perforar miles de pozos, utilizando en cada uno de 20 a 70 millones de litros de agua como agente fracturante, en regiones donde la disponibilidad media de agua está en el nivel de muy baja y extremadamente baja.

La discusión sobre el gas de lutitas está asociada a la especulación y el rechazo de las poblaciones por razones ambientales. Sujetar la política energética a la generación eléctrica a base de centrales de ciclo combinado de gas natural es la peor política.

Oviedo apoya refinación privada

Oviedo dijo que los negocios del futuro serán la petroquímica y la refinación. Explicó que hay una tendencia mundial de sustituir el petróleo crudo para la generación de energía y utilizar el gas, que es un combustible más limpio.

Subrayó que hay grandes reservas de gas en el mundo y en México, que van a sustituir el uso del petróleo para generar energía, y entonces va a quedar gran capacidad y gran volumen de petróleo que no se va a usar para generar energía, pero sí para refinar y generar productos como prendas de vestir y diversos artículos que se utilizan cotidianamente en la industria de las telecomunicaciones, que son derivados de la refinación del petróleo.

Señaló que a pesar de que la refinación es un buen negocio, y lo tiene identificado el gobierno, es una cuestión de inversiones. En este momento migrar de la generación de energía a gas natural nos va a tomar entre 15 o 20 años, refirió.

“No se pueden hacer hoy inversiones tan cuantiosas para proyectos de 20 o 25 años por el rezago del país en la materia; históricamente se debe a la falta de una visión integral de la industria petrolera”.

Comesa es parte de la privatización petrolera furtiva

El gas natural no es tan limpio como se dice, lo es comparado con el carbón y el petróleo pero está en tercer lugar como contaminante. El gas no produce óxidos sulfurosos pero sí óxidos nitrosos que son igualmente perjudiciales.

Oviedo repite al gobierno y al ITAM-WWC. Bien sabe que la carencia de gas se debe a la irracional explotación de los activos petroleros, como Cantarell, Ku-Maloob-Zaap y otros. Con esa política jamás habrá suficiente gas, será mayor el que no se procese y/o se queme en la atmósfera.

Las transnacionales han impuesto la moda del gas natural para generar electricidad y requieren que se les suministre casi regalado. Así ocurre en México en la actualidad, la CFE importa el gas (carísimo) y se los suministra (seguro y casi gratuito).

Finalmente, Oviedo carece de autoridad moral para hablar de la política energética nacional habida cuenta que hace años que participa de la privatización petrolera furtiva. Comesa es una empresa ilegal porque la exploración, hasta este momento, es una fase estratégica del proceso de trabajo petrolero, a cargo exclusivo de Pemex.

La burocracia de la paraestatal creó en 1968 a esa empresa junto con Schlumberger, para favorecer a ésta con contratos. Recientemente le entregó 75 mil km2 en el Golfo de México para realizar sísmica 3D. Comesa es una de las 51 filiales de Pemex de las que se sabe poco en cuanto a resultados financieros porque existen en la opacidad absoluta. Los churumbeles hace tiempo que están dentro de Pemex, desde la época de Jesús Reyes Heroles (padre), siendo los contratistas favoritos del gobierno junto con Halliburton y Repsol.

La reforma energética privatizadora de Peña Nieto le cae muy bien a Comesa y Schlumberger, por eso la repiten sus voceros oficiosos. Lo que dicen no tiene nada de “académico”, todo es a conveniencia.


Ref: 2013, elektron 13 (309) 1-4, 17 septiembre 2013, FTE de México.



Complejo petroquímico Pajaritos, recientemente privatizado por Peña Nieto





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