Volumen 13, Número 261, septiembre 4 de 2013
 


Lozoya, entreguismo a ultranza



Al director de Pemex no le gusta ningún régimen fiscal para la paraestatal, lo que quiere es privatizarla, entregando a las transnacionales las funciones estratégicas y parte de las ganancias, comprometiendo la renta petrolera de la nación. Lozoya le da un manejo borroso a las cifras para entregar las ganancias. SIN privatización, Pemex obtiene anualmente más de lo que pide Lozoya para inversión privada; obtendría más con un régimen fiscal racional. El problema que se soslaya es la política petrolera oficial orientada a la destrucción de Pemex (y CFE).


Ningún régimen fiscal, ¡privatización!

Nada de nuevo régimen fiscal para Pemex, eso no serviría, dice Emilio Lozoya, quien funge como director de Pemex y se dedica a hacer campaña en contra de la paraestatal. No nada más, volvió a repetir las mismas mentiras que los funcionarios de Peña Nieto han aprendido de memoria y siempre repiten, solo cambian de auditorio.

Ahora fue en Mérida, Yucatán. Allí, ante la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) Lozoya dijo que, “es una falacia que sólo modificando su régimen fiscal, Pemex podrá obtener los recursos necesarios para modernizarse”. Sostuvo que, “aún estableciendo en Pemex el régimen fiscal que tiene Noruega, sólo se generarían 10 mil millones de dólares adicionales, cuando los requerimientos de financiamiento ascienden a 62 mil millones” (Miranda J.C., en La Jornada, p.24, 27 agosto 2013).

Manipulación de cifras

Hace apenas unos días, Lozoya había dicho que con la privatización energética llegaría una inversión de 10 mil dólares. Esto es, se trataría de una privatización de Pemex MUY barata, habida cuenta que en 2012 la paraestatal mexicana obtuvo casi 13 veces más por concepto de ingresos y, tan solo por impuestos entregó a la secretaria de hacienda 9 veces más de la cifra mencionada por Lozoya.

Ahora, cambió de datos para oponerse a cualquier régimen fiscal para Pemex. Ninguno serviría, dice, lo que importa es la privatización.

Lozoya dice que los requerimientos de financiamiento para Pemex ascienden a 62 mil millones y desglosó la cifra.

“Sólo en refinación en los siguientes cinco años se tendrían que invertir 40 mil millones de dólares. En petroquímica entre 5 y 10 mil millones de dólares y en fertilizantes se requieren otros mil o 2 mil millones de dólares”.

¿De dónde sacó esos números? Tan solo en refinación, esos 40 mil millones servirían para construir varias refinerías. Sin embargo, NO existe NINGUN plan para construir UNA sola. Por eso es que Peña Nieto oferta la privatización de la refinación de petróleo. Algo similar se puede decir sobre el gas y la petroquímica.

Lo que hace Lozoya es inflar las cifras y hacer declaraciones a conveniencia. En esta ocasión, vuelve a oponerse a cualquier régimen fiscal racional y descalifica a cualquiera.

En 2012, Pemex obtuvo como ingresos la cantidad de 126.6 mil millones de dólares. La inversión de que habla Lozoya sería la mitad equivalente. Ese año, Pemex entregó al erario por concepto de impuestos y derechos la cantidad de 69.4 mil millones de dólares. La inversión que menciona Lozoya sería menor a los impuestos entregados en un año. Obviamente, la inversión que señala Lozoya no sería aplicada en un año sino en varios (cinco, dice).

Entonces, aún los 62 mil millones de dólares que pide Lozoya para invertir en Pemex pueden obtenerse de los propios ingresos de Pemex, serían 12 mil millones de dólares anuales, mismos que la paraestatal obtiene con creces anualmente SIN privatización.

Con otro régimen fiscal más racional el rendimiento de Pemex sería mucho mayor y obtendría más recursos, precisamente, para financiar su desarrollo. Claro, el economista Lozoya, como enemigo de Pemex, lo niega.

¡Al ladrón, al ladrón!

El susodicho niega ser privatizador y se defiende repitiendo las mismas mentiras. Para Lozoya los privatizadores son otros y, los que dicen mentiras, también. En ese esquema maniqueo, el gobierno de Peña representa a los buenos. El caso es patológico.

Lozoya dijo que con su campaña a favor de la reforma energética, la actual administración busca “desmitificar lo que se viene diciendo de que estas son propuestas privatizadoras de la renta petrolera. Y como he venido diciendo, por más se que se repita una mentira mil veces no se va a convertir en verdad”. Aseguró que la reforma energética le permitirá al país crear medio millón de empleos de aquí a 2018 y 2.5 millones al 2025.

Añadió que el precio de la electricidad en el país disminuiría drásticamente, ya que “producir electricidad con gas es cuatro veces más barato que con combustóleo” y en comparación con lo que ocurre en otros países, la Comisión Federal de Electricidad pierde casi 18 por ciento de la electricidad producida porque las líneas son obsoletas.

Manejo deliberadamente borroso

El director general de Pemex indicó que el promedio de los costos de Petróleos Mexicanos para extracción de crudo es de alrededor de 20 dólares por un barril que se vende en 100 dólares, lo que arroja 80 dólares de utilidad operativa.

“El Estado seguiría capturando la renta petrolera a través de un impuesto de entre 50 y 70 por ciento, dependiendo el tipo de yacimiento. Es decir, la renta petrolera seguirá siendo propiedad del Estado y por lo tanto de los mexicanos”, aseguró.

Abundó que después de que se aplique este impuesto único a los hidrocarburos, la empresa tendrá que facturar entre 20 o 30 dólares por los distintos costos que asumen los empresarios y sobre esa utilidad, pagar impuesto sobre la renta como cualquier otra empresa. “Esa utilidad final es la que se compartiría con la iniciativa privada, es decir, esta mentira que se ha venido diciendo de que la renta petrolera se va a privatizar, pues es una falacia”.

Ganancias para transnacionales

El director de Pemex dice que el costo promedio de extracción de crudo es de “alrededor de 20 dólares”. No es la primera vez que lo asegura, también lo hizo en el programa de Aristegui y ésta le creyó. No es así.

En una reunión con inversionistas extranjeros, Lozoya presentó a estos un panorama sobre Pemex. En la versión en inglés se indica que, en 2011, el costo de producción de Pemex fue de 6.12 dólares por barril de petróleo crudo equivalente, costo inferior a TODAS las demás petroleras del mundo. Para 2012, se proyectó un costo de 6.84 dólares por barril.

Existe otro concepto de costos, el de Exploración y desarrollo, en cuyo caso en Pemex fue de 16.13 dólares por barril. Este costo fue alto comparado con Shell (9.71 dólares por barril), BP (11.85), Total /12.86), Conoco (14.24) y Petrobras (14.85).

Lozoya se refiere a los costos de “extracción”, mismos que no son “alrededor” de 20 dólares sino 6.84. Incluso, los costos de “exploración y desarrollo” tampoco son “alrededor” de 20 dólares. Esencialmente, “producir” el petróleo NO cuesta NADA porque lo hace la naturaleza, es un recurso natural y, además, no renovable. Cuando se habla de los “costos de producción”, estos se refieren a la extracción, concepto diferente a la exploración y desarrollo.

La precisión es importante porque, cada barril extraído se vende en el mercado internacional llega a más de 115 dólares. La mezcla mexicana está arriba de 100 dólares. La diferencia entre el costo de “producción” (extracción) y el precio de venta rebasa los 90 dólares. De acuerdo a la declaración de Lozoya esa diferencia sería de 80 dólares. Esa sería la GANANCIA por barril de petróleo producido.

Pero Pemex no produce solo un barril sino 1 millón 256 mil barriles diarios en 2012. Ese año, Pemex obtuvo por exportaciones de petróleo la cantidad de 618 mil 100 millones de pesos (el 37.5% de los ingresos totales de Pemex). De manera que, un “error” de más de 10 dólares por barril de petróleo se vuelve una cantidad cuantiosa diaria. No son 80 dólares de “utilidad operativa”, son más de 90.

Privatización = asalto a la nación

Dice Lozoya que el Estado “seguirá capturando la renta petrolera”. Habría que precisar que, solo una parte de tal renta, pues las utilidades (ganancias) las compartiría Pemex con las transnacionales. La renta tendría que aumentar considerablemente, a costa de la dilapidación extrema del petróleo (sea de las reservas probadas o de las descubiertas, por ahora inexistentes) para que la renta petrolera se pueda comparar con la actual SIN privatización.

Compartir las utilidades significa compartir las ganancias, sea en efectivo o en especie. Esto último no se descarta y sería muy grave porque otorgaría a las transnacionales el derecho a contabilizar las reservas descubiertas como suyas y así registrarlas ante la SEC norteamericana.

Dice Lozoya que eso no es privatización. Suponiendo que esa palabra desapareciera por decreto oficial habría que proponer otra palabra más fea para significar el atraco, por ahora, proponemos que privatización es sinónimo de “asalto a la nación”.



Ref: 2013, elektron 13 (282) 1-3, 28 agosto 2013, FTE de México.



Los costos de producción de Pemex ofrecidos a las transnacionales, Mayo 2013





Esta página es construida por trabajadores del sector energía. La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.