Volumen 13, Número 259, agosto 20 de 2013
 


Lozoya defiende a los CUCOs



Son “traje a la medida”, dice. ¿De quién o quiénes? De las transnacionales, of course. La burguesía totonaca quiere concesiones, es decir, que se les regalen las reservas de hidrocarburos a sus amos: las transnacionales. Por lo pronto se aprestan a descuartizar a Pemex y a la CFE e intervenir en TODAS las fases del proceso de trabajo energético.


Sumisión impúdica

Es vergonzoso que el propio director de Pemex se encargue personalmente de promover la entrega de la paraestatal a las transnacionales. Claro, el muchacho es gente del ITAM y éste inspira a Peña Nieto. Pero hay evidente conflicto de intereses. Lozoya trabaja para Exxon, Chevron o Shell siendo, al mismo tiempo, el que encabeza formalmente a Pemex. Eso se llama corrupción y carencia de ética.

El mismo Peña ha dicho que los Contratos de Utilidad Compartida (CUCOs) podrían pagarse con dinero o en especie, lo cual se definirá en la legislación secundaria aún no dada a conocer. Sin embargo, Lozoya tiene prisa en promover esos contratos antinacionales.

En nota de prensa publicada en La Jornada se dice que:

El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, defendió el modelo de contratos de utilidad compartida sobre el de concesiones como el más conveniente para el país y como parte de la confección de “un traje a la medida” (Posada M., en La Jornada, p.8, 15 agosto 2013).

Esto mantiene las reservas de crudo en poder de la nación y que Pemex siga siendo “cien por ciento de los mexicanos”, afirmó.

Una vez más la misma demagogia. ¿Pemex en poder de la nación? Eso es hoy, cuando constitucionalmente existe el dominio de la nación. Con la privatización que propone Peña, la industria será fragmentada y Pemex pasará a ser solamente una empresa más, como ellos mismos han dicho. Con esa privatización, Pemex compartirá sus ingresos y utilidades con las transnacionales, en prejuicio de los mexicanos. La paraestatal será una empresa parcialmente pública, estatizada, pero no nacionalizada.

Empresarios quieren más

El capital es insaciable. Eso revelan los empresarios mexicanos quienes, sin embargo, no quieren el pastel para sí sino para sus amos, las transnacionales. La burguesía totonaca se conforma con seguir siendo socio menor del capital extranjero. La nota de prensa lo indica.

Según la nota, el presidente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, señaló que el sector privado está de acuerdo con la inclusión de los contratos de utilidad compartida, pero propone otros modelos de inversión, por lo que impulsará el esquema de concesiones. Adelantó que la semana próxima iniciarán el cabildeo en el Congreso sobre ese y otros puntos.

Destacó que hay gran interés de los empresarios mexicanos por participar en áreas como petroquímica en condición de inversionistas; además, por los beneficios que conlleva para diversas industrias acceder a esos insumos en mejores condiciones.

El presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X González, señaló que “lo atractivo” de esta iniciativa de reforma es la apertura que da para participar en el sector energético vía contratos de utilidad compartida, y los permisos.

La reforma incluye permisos para que el sector privado participe en refinación, petroquímica básica, transporte y almacenamiento de hidrocarburos.

Fragmentar a Pemex y privatizarla

Esa es la consecuencia inmediata de la reforma energética de Peña Nieto. Hasta ahora se ha enviado al Senado una iniciativa para modificar regresivamente a los artículos 27 y 28 constitucionales. De un solo manotazo se desnacionalizará a Pemex y a la CFE.

Las leyes secundarias no se han enviado. Es probable que la apuesta de Peña y socios sea reformar a la Constitución, primero y, después, atracar a la nación con una legislación secundaria infame, tanto en materia petrolera como eléctrica. Pero eso será después.

Por eso es que los empresarios celebran a Peñita y esperarán aún más. Lo mejor para ellos serían las concesiones que significarían regalar las reservas de hidrocarburos a las transnacionales. Por lo pronto, se frotan las manos imaginando las enormes ganancias gratuitas que obtendrán al despedazar a Pemex y a la CFE. Sencillamente, podrán participar en todas las fases del proceso energético, hecho actualmente prohibido a nivel constitucional.

Modelos privados

Sobre la crítica panista de que la reforma “se quedó corta” porque no incluye concesiones, Loyoza dijo que los contratos de utilidad compartida funcionan en decenas de naciones.

“Ser uno de los últimos países en modernizar su sector energético tiene sus beneficios porque puede observar y hacer un traje a la medida donde el petróleo sigue siendo cien por ciento propiedad de la nación y Pemex sigue siendo cien por ciento propiedad de la nación”.

Lozoya festina a los modelos del ITAM. “Esto sucedió en otros países hace 10 años. En Colombia, que aprobó una reforma similar y la producción se duplicó. En Brasil la producción se ha triplicado. Ecopetrol y Petrobras como empresas estatales son mucho más fuertes”, agregó.

El funcionario reiteró el discurso con el que se promociona esta reforma, al destacar que se pensó “en que fuera buena para Pemex y para los mexicanos, sin duda que habrá inversión extranjera y del país. En caso de que se apruebe, se crearán 500 mil empleos de aquí a 2018 y 2.5 millones a 2025. Habrá más gas, y más barato, y tarifas de electricidad menores”.

Modelos de rapiña

Los ejemplos que pone Lozoya son los mismos de que habla el ITAM-WWC, esto es, el imperialismo en México. En esos casos aumentó la producción para la exportación. Es lo mismo que pretende Peña. Pero esa producción NO es necesaria por la sencilla razón de que la demanda nacional es mucho menor. Además, exportar petróleo ni siquiera es negocio por el reciclaje inmediato de los petrodólares. Las únicas que gana son las transnacionales.

Además, ni en México, ni Colombia ni Brasil el petróleo no es de los gobiernos sino de las naciones. Privatizar el petróleo es lo mismo que robárselo. Esa es “la medida”.

Sobre los 500 mil empleos que serán creados se trata de viles mentiras. Ninguna transnacional en ninguna parte del mundo se caracteriza por la creación de empleos. La baja de precios y tarifas es otra de las mentiras.


Ref: 2013, elektron 13 (254) 1-2, 18 agosto 2013, FTE de México.





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