Volumen 13, Número 247, abril 15 de 2013
 


El FMI confunde, provoca y miente



Este organismo financiero del imperialismo dice que la privatización eléctrica furtiva en México es un proceso fallido. No le basta que se haya privatizado ya el 52%. A eso le llama fracaso y empuja a Peña Nieto a que sea más privatizador, con argumentos deliberadamente falsos.


¿Privatización fallida?

La experiencia de México fue citada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como ejemplo de un caso fallido de reforma al sector eléctrico y de una política de subsidios al consumo de electricidad que beneficia a los estratos de mayor ingreso. Sin embargo, el organismo destacó que en el país existe “una opinión pública en contra de la privatización” del sector energético, hecho que, dice, vuelve más difícil la introducción de cambios legales en esta industria, que por mandato constitucional está en manos del Estado (González R., en La Jornada, p.32, 23 mar 2013).

“El fracaso de la reforma en el sector eléctrico en México pone de manifiesto los numerosos obstáculos para una reforma exitosa”, sostuvo el organismo en el informe Reforma a los subsidios en energía: lecciones e implicaciones, publicado este miércoles.

En el documento, el FMI plantea que los gobiernos deben reducir los subsidios que destina al consumo de energía, desde el carbón a la gasolina y la electricidad. “La finalidad de los subsidios es proteger a los consumidores manteniendo bajos los precios. Pero son ineficientes y se les podría remplazar con maneras mejores de proteger a los consumidores necesitados”, argumenta. Esto, según el FMI, es posible “si los gobiernos siguen una senda de reforma adecuada”.

El monto de subsidio al consumo de electricidad en México, expone el organismo, es de alrededor de medio punto del producto interno bruto al año, unos 75 mil millones de pesos a valor actual.

Para el caso de México, el reporte se detiene en los intentos de los últimos gobiernos –desde la iniciativa que planteó el presidente Ernesto Zedillo en 1999– para introducir reformas en el sistema eléctrico, servicio que, de acuerdo con la Constitución es responsabilidad del Estado. El propio informe menciona que, a partir de las reformas legales en el sexenio del ex presidente Carlos Salinas (1988-1994), los productores privados ya generan una cuarta parte de la electricidad que consume el país, y las otras tres cuartas partes son producidas por la estatal Comisión Federal de Electricidad.

Eso, por supuesto, NO es cierto. El FTE de México lo ha demostrado. Al 31 de diciembre de 2012, la generación privada llegó al 52% del total a nivel nacional. Incluso, si se considera solamente a la privatización interna en operación de la CFE, la privatización es del 31.74%.

Desde luego, no es que la privatización eléctrica haya fracasado, es que no ha llegado todavía al 100% como lo recomendó en 1995 el Banco Mundial a Zedillo en aquel memorándum confidencial.

Con el actual nivel de privatización eléctrica furtiva, la industria ha sido desnacionalizada. La situación actual es peor que la existente antes de la nacionalización de 1960. En aquella ocasión, el 54% de la generación nacional era pública y el 46% era privada. Hoy es casi a la inversa, el 52% es privada y el 48% pública. Originalmente, la industria eléctrica nacionalizada generaba el 100%.

¿Hay privatización o no? Qué demuestren Peña y Videgaray que 52% es menor que 48% y que 48% es igual a 100%. Claro que esos mandarines no saben de números y mejor prefieren negarlos. Lo mismo hace el FMI, solamente dicta instrucciones a Peña porque ni cuentas saben hacer.

¿Qué sería una privatización "exitosa"?

“El fracaso de la reforma en el sector eléctrico en México pone de manifiesto los numerosos obstáculos para una reforma exitosa”, sostuvo el organismo en el informe, en el que analiza los mecanismos de subsidio a la energía en varios países. El reporte fue publicado en momentos en que el gobierno mexicano busca generar acuerdos para modificar la estructura legal del sector energético, aunque no se refiere a ese planteamiento de la actual administración federal.

¿Qué es o sería una reforma privatizadora exitosa para el FMI? Una como la de Telmex, en la cual de un solo manotazo Salinas de Gortari entregó (casi regaló) las telecomunicaciones a Carlos Slim, transfiriéndole la propiedad nacional para volverla privada. El término "exitosa" solamente se puede aplicar al atraco pues ninguna privatización del patrimonio nacional es aceptable, en todos los casos se trata de retrocesos y afectación al conjunto de la nación.

Una privatización "exitosa" es aquella en la cual la apropiación privada de los recursos naturales e infraestructura básica de la nación, ocurre de manera casi inmediata haciendo fluir altas ganancias al capital. Si se tardan 20 años para apropiarse de la mitad de la industria eléctrica, el FMI considera que ha habido ineficiencia privatizadora, fracaso le llama.

Lo que está proponiendo el FMI, entonces, es arrasar compulsivamente con Pemex y la CFE para desaparecerlas cuanto antes, mediante una reforma (privatizadora) exitosa. Eso es lo que Peña y Videgaray quieren.

Hay quienes dicen, ¿porqué hablan de privatización si Peña todavía no envía ninguna iniciativa? Quisieran que esperemos a que Beltrones reciba la iniciativa, firmada por los partidos políticos del Pacto y que se apruebe fast track como una iniciativa preferente y que, entonces, comprobemos que la iniciativa es privatizadora y ya no podamos hacer nada.

No es necesario esperar a ese momento porque sería tarde para accionar. Lo que haya que hacer debe ser ahora. Los términos de la iniciativa serán privatizadores porque así lo indica el FMI y el grupo del ITAM que prepara esa iniciativa, lo mismo la multitud de declaraciones de Peña y Videgaray que, omiten la palabra privatización pero indican claramente que de eso se trata.

¿Que propone el FMI?

“Una exhaustiva campaña de información, así como una contabilidad transparente sobre el costo de los subsidios, pueden ser pasos importantes para emprender una reforma exitosa”, apuntó.

Claro, para eso cuentan con Televisa, Slim y demás socios de las telecomunicaciones, radio y TV privadas, recientemente obsequiados, así como voceros oficiosos pagados (comprados). En su momento, harán asfixiante el ambiente, día y noche repetirán (como fascistas) supuestas bondades de la reforma. La sociedad, desorganizada socialmente, indefensa, verá afectado su sistema inmunológico, ni defensas tendrá para reaccionar.

En ese escenario, Peña impondrá una reforma regresiva "exitosa", como quiere el FMI. No es que la actual privatización eléctrica haya fallado, es que el imperialismo quiere más y pronto. Lo demás, es manejo deliberadamente falso y manipulero o fascistoide.

Estrategia imperialista

Ni el FMI ni Videgaray ni Peña tiene argumentos convincentes. Sus propuestas no solo son dogmáticas sino explícitamente manipuladoras y falsas. Esa es la estrategia del imperialismo.

Cuando el FMI dice que la reforma (privatizadora) eléctrica es fallida, implica que la modalidad propuesta por el TLCAN en el Anexo 602.3 no satisface ya al imperialismo. En ese Anexo se propuso lo que Salinas impuso en 1992 como reformas regresivas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE). Con el invento de 6 modalidades que NO son parte del servicio público de energía eléctrica, Salinas engaño a la nación y todos los diputados de la época le apoyaron, incluyendo a sindicatos como SME que fue literalmente comprado.

Empezó entonces la privatización furtiva, cediendo la CFE las funciones constitucionalmente estratégicas, especialmente, la generación, no solamente la propia sino la de la nación. Hoy, a nivel nacional, la industria eléctrica nacionalizada ya no existe completa.

Sin embargo, el hecho de que exista un sistema eléctrico nacional interconectado, gracias a la integración industrial que logramos nosotros, es que no han podido destruir totalmente a la industria. Son casi 800 mil km de redes de transmisión y distribución en todo el territorio nacional.

¿Por qué no se ha privatizado el 100% de la generación eléctrica? Muy simple, porque no se necesita. De hecho, para darle entrada a las actuales 28 centrales eléctricas privadas que generan para la CFE, los llamados PIE´s, las burocracias en turno han tenido que inventar datos y torcerlos, especialmente los relacionados con el Margen de Reserva, para justificar la entrada en operación de las transnacionales. A la fecha, hay un evidente exceso en la capacidad de generación eléctrica, que no se ha justificado ni siquiera con los retiros del parque de generación propia de la CFE.

Si no es la generación, entones podría avanzarse en la transmisión eléctrica. De momento eso no es posible, así lo diga el FMI. Las transnacionales lo saben, esa infraestructura es muy costosa y ¿para qué gastan? si ya está construida por la industria nacionalizada. Entonces, prefieren apoderarse de la misma poniéndola a su servicio. Lo mismo podría decirse del Centro Nacional de Control de Energía (cenace).

Entonces, ¿cómo avanzar compulsivamente? Privatizando la distribución, no para seguir utilizando a estas redes como ahora se hace por los privados, sobre todos los del llamado Autoabastecimiento remoto, sino para fraccionar a las mismas en más de 1,000 partes encargadas de comercializar localmente la electricidad generada por los privados.

Privatizar sería destrozar a la industria eléctrica (des) nacionalizada, significaría la creación de miles de empresas y empresitas de distribución y comercialización eléctrica por todo el país. ¿Esa "competencia" es la que quieren Peña y Videgaray? Sería el regreso a más de 50 años antes.

Un esquema similar le gustaría al FMI en materia petrolera. Igual que en el caso eléctrico, la fórmula consiste en fragmentar lo más posible el proceso de trabajo, el cual quedaría en manos de transnacionales y sus filiales. ¿Qué sería una privatización "exitosa"? Aquella en la cual, las transnacionales se repartieran los recursos naturales de hidrocarburos (petróleo y gas), registrando las nuevas reservas a su nombre en las Bolsas de Valores, participar en contratos de producción compartida, extraer cuanto antes el petróleo crudo disponible, empezando por el de mejor calidad y exportarlo a Norteamérica. También, producir petrolíferos y todos los petroquímicos, así como su distribución, transporte y almacenamiento.

Qué Pemex se extinga y la CFE también, que todo lo definan las oficinas reguladoras y que se legisle para darle certidumbre a la propiedad privada. Eso sería un éxito para el FMI, Peña, Videgaray y transnacionales.

El "éxito", desde luego, no es neutral. Cuando el FMI, y sus voceros oficiosos, hablan de privatización exitosa lo hacen para confundir, desde la óptica del capital. Es decir, hablan de éxito para las transnacionales no para la nación.

Pero, lo que es éxito para el capital resulta penuria para la nación, porque el éxito del primero es sobre la base del despojo a la segunda. En tales condiciones, para la nación jamás se puede hablar de privatizaciones exitosas. Esa terminología ni siquiera es un eufemismo sino una perversión del lenguaje que oculta los propósitos depredadores del despojo colectivo impune.


Fuente: 2013, elektron 13 (91) 1-4, 1 abril 2013.


Descarga eléctrica. El FMI ha privatizado a este momento el 52% de la industria eléctrica (des)nacionalizada. Le llama privatización fallida y recomienda privatizaciones exitosas, en materia eléctrica y petrolera. Así les llama a las apropiaciones privadas depredadoras de los recursos naturales y patrimonio colectivo de los pueblos y naciones. Entre líneas, el FMI empuja a Peña Nieto hacia la compulsión. El panorama es sombrío y tormentoso. Los gobiernos neoliberales y partidos políticos están contra sus propios pueblos. Estos, seguimos desorganizados, indecisos, viviendo en la indefinición. La situación cada vez es más difícil pero recuperar a México es necesario. El momento es de definición y coherencia política.





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