Volumen 13, Número 246, marzo 30 de 2013
 


Protesta contra mina de oro en Xochicalco



En la zona arqueológica de Xochicalco, pobladores del lugar protestan contra la concesión minera para extraer oro en la vecindad del sitio. El FTE apoya la protesta. Exigimos que el gobierno federal retire esa concesión minera por absurda y criminal.


Sería un crimen histórico

Con la entrada de la primavera se produjo la protesta, este vez novedosamente en las zonas arqueológicas. De especial relevancia fue la realizada en Xochicalco. La siguiente fue la nota publicada por La Jornada.

Un centenar de ambientalistas y campesinos se manifestaron en la zona arqueológica de Xochicalco para rechazar que la empresa Esperanza Silver, de capital canadiense, explote una mina de oro y plata a unos cuantos metros de este sitio (Morelos R., en La Jornada, p.42, 22 mar 2013).

Encabezados por Flora Guerrero, los manifestantes exigieron que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) niegue a esa empresa permiso para explotar los cerros El Jumil y Jolotepec.

Hace seis años la compañía comenzó a realizar exploraciones y, mediante dádivas, algunos pobladores de Tetlama han aceptado la instalación de la mina, aunque otros la rechazan por temor a que dañe el ambiente.

Los manifestantes aprovecharon que este jueves acudieron a las pirámides cientos de personas a cargarse de energía por el inicio de la primavera, para informarles que las autoridades federales pretenden que la empresa canadiense explote la mina, a pesar de los riesgos para el medio ambiente y la zona arqueológica.

Luchamos por la vida, por nuestro estado, por la conservación de los últimos ecosistemas que nos quedan, de los cuales la mina destruiría una parte importante, aseguró la activista.

Explicó que las minas a cielo abierto –método que se pretende aplicar en Xochicalco– arrasan cerros completos y la contaminación con cianuro y metales pesados es gravísima, eso está documentado. De acuerdo con los geólogos, toda la parte rocosa (de los dos cerros) es muy vulnerable y puede filtrar agua contaminada; las explosiones pueden alterar el curso de los mantos freáticos y el cianuro contaminaría el río y el aire.

Durante la protesta, que se inició con una marcha desde el museo de sitio hasta la zona de las pirámides, donde hicieron un ritual, los ambientalistas exigieron que la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat rechace la manifestación de impacto ambiental que presentó Esperanza Silver. Organizaciones ciudadanas, especialistas y académicos presentaron observaciones a ese documento en tiempo y forma, agregó Flora Guerrero.

Pedimos que se retiren definitivamente las concesiones de 15 mil hectáreas alrededor de las zona arqueológica de Xochicalco, patrimonio de la humanidad, concluyó.

Cancelar la concesión minera

Los pobladores morelenses tienen toda la razón, lo que dicen es cierto, lo han venido estudiando y deben ser atendidos. El gobierno federal debe proceder a cancelar la concesión minera, el gobierno local (PRD) debe cumplir su papel y dejar de solapar a las transnacionales.

Uno: Xochicalco es un centro arqueológico de alta importancia, fue sede de reuniones para precisar las medidas calendáricas mesoamericanas, importante lugar de observación astronómica a través de observatorios subterráneos y de estructura. Esa zona, como las demás, debe ser conservada no destruida.

Dos: la minería de oro generalmente opera a cielo abierto. En todas partes ocasiona calamidades. para extraer el concentrado de oro, mismo que se encuentra disperso en la corteza terrestre en muy bajas concentraciones, se necesita remover miles de toneladas diarias de mineral. Para romper la matriz mineralúrgica se utilizan una gran cantidad diaria de explosivos. Con ello se producen movimientos terrestres equivalentes a miles de sismos adicionales a los naturales que afectan cualquier estructura vecina. Para procesar el mineral, no solo hay que romper la roca y triturarla sino lixiviarla utilizando compuestos de cianuro, material altamente tóxico que requiere diluirse en grandes volúmenes de agua, misma que queda contaminada como residuo. Los jales mineros terminan contaminando los suelos, las aguas subterráneas, el aire y medio ambiente, afectando la salud y vida de las poblaciones.

Tres: una mina en la vecindad de Xochicalco sería un crimen de lesa humanidad. Si el gobierno quiere destruir a esta zona arqueológica que lo diga, "¿a ver de a cómo nos toca?". Si no es así, debe cancelar esa concesión otorgada de manera absurda.


Fuente: 2013, elektron 13 (83) 1-2, 23 mar 2013.



Protesta en la zona arqueológica de Xochicalco contra la minera
Esperanza Silver FOTO: R. Morelos





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