Volumen 13, Número 244, marzo 15 de 2013
 


El PRI vota por la privatización de Pemex



A mano alzada, los priístas aprobaron el aumento al IVA en medicinas y alimentos, así como la privatización de Pemex y CFE). Para ello, modificaron regresivamente sus propios documentos básicos. El PRI sigue, al pie de la letra, el guión marcado por el Banco Mundial.


Falsa “mexicanidad”

El presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, sostuvo que la modificación a los estatutos del PRI para permitir la inversión privada en Pemex no quiere decir que la paraestatal dejará de ser de los mexicanos, al contrario, subrayó, seguirá prevaleciendo “la mexicanidad” en la paraestatal (Ballinas V., Becerril A., Román J.A., en La Jornada, p.21, 27 feb 2013).

Se trata del típico manipuleo demagógico. Cuando van a privatizar el petróleo priístas y gobiernos siempre dicen: solamente habrá apertura privada pero el petróleo seguirá (sic) siendo de los mexicanos.

Sí, mientras el petróleo esté en el subsuelo, sea descubierto o no, es de los mexicanos. Esto es, cuando NO tiene valor, ni de uso ni de cambio. Pero, cuando sí lo tiene, es decir, al ser extraído y comercializado, entonces, ya no es de los mexicanos sino de los privados.

A eso Camacho Quiroz le llama “mexicanidad”. Que el Pemex siga siendo de los mexicanos es el eufemismo para esquivar críticas pero los hechos indican lo contrario. Primero, porque la apertura privada significa la transferencia de funciones constitucionalmente estratégicas, actualmente a cargo exclusivo de Pemex, y ahora se propone que las realicen las transnacionales y sus filiales. Segundo, la “mexicanidad” implica la propiedad (privada) de mexicanos. Con mayor precisión se llama mexicanización. Esto es contrario a la nacionalización, carácter que ostenta Pemex, cuya propiedad corresponde al conjunto de la nación viviente.

Demagogia, mentiras, cinismo

Camacho Quiroz, además de demagogo es mentiroso. Se quejó de que la discusión se haya centrado en el IVA y se dedicó a apoyar la reforma fiscal. Dijo: “Estamos convencidos de que para reactivar la economía, para multiplicar empleos, para abrir oportunidades de educación, y para que haya un piso universal de protección social, se requieren mayores recursos, pero hay que evitar que se continué con modificaciones al régimen financiero por partes, retazos o tramos, hay que hacer de una vez por todas una reforma hacendaria integral duradera”.

Eso que dice será a la inversa. Ni se multiplicarán los empleos, ni habrá oportunidades educativas ni protección social. Los recursos que Peña Nieto proyecta obtener del incremento generalizado de impuesto (que también incluiría al impuesto sobre la renta) es para cubrir la transferencia de la renta petrolera a a las transnacionales, derivada de la próxima privatización de Pemex, ya que al compartirla el Estado recibirá menos recursos de la paraestatal.

Camacho “argumentó” que, con la modificación a los estatutos del tricolor lo que se quiere “es estar del lado de las clases más desprotegidas, y evitar privilegios o tratamientos excepcionales que generen inequidad en el trato fiscal”. Demagogia y mentira es poco, se trata de cinismo.

Se informó que entre los cambios que ya se perfilaban en la vida priísta destacaban, principalmente, el retiro de candados para que sus legisladores puedan aprobar la aplicación generalizada de IVA en medicinas y alimentos, y la abierta participación de la iniciativa privada en actividades de Pemex.

Privatización a mano alzada

El 3 de marzo, la 21 asamblea nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprobó, a mano alzada, las reformas a sus documentos básicos (Martínez F., Román J.A., Méndez E., en La Jornada, p.4, 4 mar 2012).

José Antonio González Fernández, expresidente del PRI, presentó los resultados de la reforma al Programa de acción. Explicó que los dos temas que más causaron polémica fueron la reforma energética, por la apertura que se busca para Petróleos Mexicanos, y la reforma hacendaria, debido a que el partido suprimió de sus documentos básicos la prohibición de permitir la inversión privada en hidrocarburos y aplicar el IVA en alimentos y medicinas.

El ex procurador capitalino afirmó que en el primer rubro se concluyó que el país requiere una reforma energética que sea motor de inversión y desarrollo. ”Estamos por Pemex como una empresa productiva que se conserve como propiedad del Estado (sic), pero competitiva. Acompañaremos a Enrique Peña Nieto en su propuesta de reforma energética”, puntualizó.

Así, el PRI se declara oficialmente como un “partido” neoliberal y privatizador.



Fuente: 2013, elektron 13 (64) 1-2, 4 marzo 2013, FTE de México.



El PRI es un “partido” político explícitamente antinacional FOTO: C. Rodríguez





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