Volumen 13, Número 243, febrero 28 de 2013
 


La OCDE también pide privatizar a Pemex



La OCDE recomienda a Peña Nieto privatizar a Pemex, eliminando las restricciones a la participación del capital privado. Para este organismo, las llamadas reformas estructurales son la panacea y el fetiche para resolver todos los problemas. Su argumentación es falaz y dogmática.


Relajar restricciones a la IP

Ahora, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), otro aparato del imperialismo actualmente presidido por José Angel Gurría, exsecretario de hacienda zedillista, mejor conocido como el “Angel de la dependencia”, volvió a hablar para referirse a la privatización de Pemex.

México debe “relajar las restricciones a la inversión privada” en Petróleos Mexicanos (Pemex), recomendó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El planteamiento está contenido en un reporte publicado cada dos años y que en esta ocasión coincide con el momento en que comienza a darse una discusión sobre la apertura del sector energético, planteada por el presidente Enrique Peña Nieto. El informe evalúa las “reformas estructurales” realizadas en los últimos dos años por los países que la integran (Reuters, en La Jornada, p.23, 16 feb 2013).

La OCDE utiliza un lenguaje borroso. Finge que las inversiones privadas en Pemex no están restringidas sino prohibidas por tratarse de una industria nacionalizada. Inversiones privadas hubo antes de 1938. De acuerdo a la Constitución política vigente Pemex es un organismo público descentralizado del gobierno federal, bajo el control exclusivo del Estado. Entonces, no se trata de ”relajar” nada. Lo que la OCDE pretende es la privatización de Pemex.

Reducir barreras al capital

En el reporte intitulado “Apuesta por el crecimiento económico 2013” (Going for growth 2013), la OCDE, organismo al que pertenece México desde 1993, mejorar el aprovechamiento educativo y reducir la informalidad laboral son necesarios para elevar la productividad y el desempeño del mercado de trabajo.

En la lógica de la OCDE, “la reducción de las barreras a la inversión extranjera directa (IED) y a la entrada (de nuevos participantes) a las industrias de red también ayudará a estimular la inversión y fortalecer aún más la competencia”.

Las industrias de red, también conocidas como “sectores de redes múltiples”, son las relacionadas con la provisión de servicios como electricidad y gas; telecomunicaciones (telefonía, Internet, televisión); o ferrocarriles, como define Hans W. Gottinger en el libro Economics of network industries. Un resumen se puede consultar en Economies of Network Industries.pdf.

El informe de la OCDE identifica algunas “prioridades” que debe atender cada uno de los países que conforman en el organismo. En el caso de México, una de las citas tiene que ver con lo que llama “reducir las barreras a la entrada y la competencia”.

El término “barreras de entrada” es empleado para señalar los obstáculos que pueden afrontar empresas que desean participar en mercados dominados por una o varias firmas, tanto en el sector público como privado.

El reporte de la OCDE apunta que “las reformas anticompetitivas a la regulación del mercado de productos dificultan la productividad y el empleo formal. Los costosos trámites de registro y la falta de competencia en sectores clave de la red representan un lastre para el crecimiento”.

En los últimos dos años, algunas medidas se han adoptado, pero falta más, a juicio del organismo. Lo que, según la OCDE, todavía falta en materia de reformas en México viene bajo el rubro de “recomendaciones”. Enumera:

“Reducir las barreras a la iniciativa empresarial y a la creación de empresas para fomentar el empleo en el sector formal. Reducir aún más las barreras a la entrada en operación de sectores de redes múltiples. Reducir las restricciones a la inversión privada en la empresa petrolera nacional, Pemex, y mejorar su administración”.

Discurso de ornato y falso

Que chistositos esos de la OCDE. Echan mucho rollo de ornato para concluir que debe privatizarse a Pemex. Ese rollo más que ornato son mentiras. La OCDE habla mucho de empleo y eso es lo que menos crean las transnacionales. Lo que sí es cierto, es que la “apertura” o privatización sirve para estimular la concentración y acumulación de capital en los sectores estratégicos, para convertir los de servicios públicos en servicios privados, precisamente, a través de las “redes” que constituyen el modelo favorito de las transnacionales de la energía. La manera en que esas redes se posesionan en los países es a través de eliminar las llamadas “barreras de entrada”. El chiste es entrar, han dicho. Una vez dentro se apoderan de cuanto pueden.

En su teoría de la dogmática corrupta, para el desarrollo del capitalismo no existe mejor talismán que la privatización, fórmula curalotodo para resolver fantasiosamente todos los problemas sociales. La argumentación es fetichista pues la OCDE cree que con solo invocar la privatización se resolverá todo. Para ello, utiliza mentiras como la supuesta creación de empleos en el sector formal.

Respecto a las redes, subraya falsas bondades y omite que tales redes están en manos de las transnacionales de la energía, las que con sus múltiples tentáculos se apoderan de los recursos naturales de las naciones y los pueblos, despojándolos sin detenerse en el crimen, cruento e/o incruento.



Fuente: 2013, elektron 13 (47) 1-2, 17 febrero 2013, FTE de México.



La OCDE, agencia de las transnacionales, aconseja al gobierno de Peña





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