Volumen 13, Número 241, enero 30 de 2013
 


Alianza privatizadora Pemex-Petrobras



No pierden oportunidad para profesar públicamente su fe neoliberal supersticiosa. En Chile, Peña Nieto se confesó ante empresarios como “respetuoso de la propiedad privada”. También anunció un acuerdo inicial con el gobierno de Brasil para una alianza (privatizadora) entre Pemex y Petrobras.


Gobierno de economía abierta

En su interés por conseguir para México un renovado protagonismo en el concierto internacional, el presidente Enrique Peña Nieto se aplicó no sólo en numerosos encuentros bilaterales y los trabajos de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea (Celac-UE). También fue con los empresarios de ambas regiones para transmitirles confianza pues su gobierno será de economía abierta, promoverá el comercio mundial y será respetuoso de la propiedad privada (Vargas R.E., en La Jornada, p.3, 27 ene 2013).

Al mismo tiempo, anunció haber alcanzado un acuerdo inicial con su similar de Brasil, Dilma Rousseff, para establecer o explorar alternativas de eventuales alianzas entre Petróleos Mexicanos y Petrobras, inicialmente sobre intercambio de tecnología y otros proyectos.

Primero ante empresarios –y al intervenir una vez que lo hicieron el presidente anfitrión Sebastián Piñera y la canciller alemana Angela Merkel– Peña Nieto dijo que su gobierno quiere ser facilitador de la inversión y garante de las inversiones nacionales y extranjeras.

Para ello –y al parecer en un intento sutil por deslindarse de naciones del Cono Sur como Argentina y Bolivia– dijo que en México hay certidumbre jurídica, estabilidad económica y es un mercado abierto y confiable para hacer negocios.

Fe privatizadora supersticiosa

¿A qué llama Peña Nieto “economía abierta”? A la economía privada. Su fe en la privatización es supersticiosa. Cuando Peña se confiesa respetuoso de la propiedad privada” lo hace para quedar bien con el capital transnacional y sus gobiernos. Solo falta, como Pinochet, Videla y otros dictadores, que se declare “católico y romano”, que también lo es.

Las declaraciones de Peña, aún en un foro como la Celac, las hace para distinguirse de otros gobiernos latinoamericanos, como Venezuela, Bolivia o Cuba. Peña quiere hacerse grato presumiendo su ideología neoliberal.

La promoción internacional de ese discurso es para justificar las acciones privatizadoras en México. Para eso fue postulado a la presidencia de la República y para eso fue impuesto. Peña es el mejor garante en México para el capitalismo mundial en el presente momento.

Alianza privatizadora con Brasil

Peña aprovechó el viaje a Chile para reunirse con Dilma Rouseff, presidenta de Brasil. De inmediato anunciaron el inicio de una alianza entre Pemex y Petrobras, “sobre intercambio de tecnología y otros proyectos”. ¿Cuáles son esos “otros”? La inversión privada en exploración y producción de hidrocarburos, incluyendo petrolíferos y agrocombustibles, como el bioetanol, del cual fue activo promotor el propio Lula, arrullado por el FMI.

Esos “otros” serían los más importantes, el intercambio de tecnología es solo para adornar el discurso y el atraco. Desde hace tiempo, los gobiernos de México y de Brasil han reiterado la intención de que Petrobras se asuma como modelo en Pemex. Eso conduciría a que los capitales transnacionales, vía Brasil, intervengan en la paraestatal mexicana.

Los gobiernos mexicanos aparentan que Petrobras es una “empresa” pública y, por tanto, inobjetable. No es así. Brasil nacionalizó su industria petrolera en 1952, tomando ejemplo de México, se dijo. Pero, en 1990, se inició la privatización de Petrobras, de cuyo nefasto modelo el gobierno mexicano ahora quiere tomar ejemplo.

Sí, Petrobras es una empresa privatizada en un 51%, con participación transnacional mayoritaria. El interés de Peña es simular una alianza con una empresa “pública” exitosa. No hay tal, la privatización será “exitosa” para los inversionistas extranjeros no para el pueblo brasileño.

Petrobras es una transnacional imperialista de rapiña y lo que pretende Peña es ponerle los recursos naturales energéticos de México a su servicio.

Peña ha sido explícito en sus declaraciones. El señor se asume como “facilitador de la inversión y garante de las inversiones nacionales y extranjeras”. Es decir, se asume como simple empleadillo de los capitalistas, un presidente pequeño que empoderado se cree dueño de los recursos energéticos de la nación y se considera administrador de los mismos en favor de las transnacionales, igual que Fox.

Ese no es ningún “pluralismo económico”, como dice Videgaray, es simple sumisión al invasor extranjero, en una actitud genuflexa totonaca.


Fuente: 2013, elektron 13 (27) 1-2, 27 de enero de 2013, FTE de México.



Petrobras no es ningún modelo para Pemex sino al revés.
Petrobras es una transnacional privada





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