El 16º Congreso Sindical Mundial reeligió a George Mavrikos, secretario general, y a Mohammad Azzouz, presidente de la FSM. Asimismo, se acordó la integración del Consejo Presidencial.

Al final de la sesión del 8 de abril, Azzouz informó al Congreso que “Mavrikos es el único candidato a la secretaría general” de la FSM. “Hay que ir a las urnas”, dijo.

Un delegado tomó la palabra y dijo “Si hay un solo candidato, ¿para qué votar?” Era el principio de una confusión que se armó. Mavrikos intervino y dijo “hay que llevar adelante el voto” y agregó “pueden votar los observadores”. Lo que Mavrikos quería era que se hiciera una votación formal, con urnas. No ocurrió así, se aprobó la reelección a mano alzada. Respecto a la votación de los delegados observadores, debe precisarse que hay incongruencia manifiesta, ¿cómo es que los que no están afiliados a la FSM, los observadores, pueden votar? Eso no lo hace ni la socialdemocracia.

En su momento, en la sesión del 9 de abril, Mavrikos propuso a Azzouz como presidente de la FSM y dijo que “no hay otro candidato”. Entonces, dijo, “todos voten, afiliados y observadores”. Azzouz fue releecto. “Prometo que voy a dar todo mi apoyo al secretario general”, expresó el presidente.

Mavrikos volvió a intervenir y señaló que “la democracia requiere esfuerzo y paciencia”. Minutos antes se había circulado una hoja con los nombres de 40 delegados (as) propuestos para integrar al Consejo Presidencial de la FSM. Mavrikos propuso que se votara por 37. Eso armó una nueva confusión. Mavrikos exclamó que “no estamos aquí para tener cargos sino para luchar”, dijo que se habían presentado 81 propuestas y que el Consejo no podía ser muy grande, que el Congreso iba bien y no es buena imagen la que se estaba dando, a propósito de un delegado de Pakistán quien había declinado la lista.

Mavrikos insistió en votación ante las urnas, el Congreso decidió que fuera a mano alzada y que quedara la lista de 40.

Mavrikos reiteró: “la democracia requiere de paciencia” y se produjo una discusión, entre aparente, superficial y confusa. Azzouz señaló que no había necesidad de votar con boletas. “Estás en minoría”, le contestó Mavrikos. Al final, una vez terminado el Congreso, la mayoría de delegados hicieron fila para depositar su voto sobre una propuesta ya decidida.

En el discurso final Mavrikos pidió “a quienes quieran discutir, que salgan o tienen que sentarse”. Elevando la voz expresó que “no tenemos nada que ocultar, incluso el debate” porque éste es el movimiento clasista. Luego, agradeció a los participantes en la organización del Congreso.

Después hizo una severa crítica general a la burocracia y a la corrupción. Dijo que hay sindicatos vendidos, corruptos, a los que hay que enfrentar. Planteó la necesidad de la unidad en la base, incluyendo a trabajadores por cuenta propia e indígenas, el trabajo dentro de las empresas multinacionales, el fortalecimiento del frente ideológico, fortalecer la parte organizativa, y otras generalidades.

Volvió a pedir “ser críticos” porque “nada es posible sin crítica, por dura que sea”. Lo de siempre, que jamás acepta en concreto. Otra vez, alzando la voz habló de los resultados de 5 años.

A continuación, Azzouz expresó que “el conflicto no está entre el Norte y el Sur sino entre el bien y el mal”. El mal es el sistema capitalista y las empresas multinacionales, explicó y agradeció al PAME de Grecia, en medio de gritos y problemas de traducción del árabe a otros idiomas.

Súbitamente se escuchó la pista de La Internacional, en versión en inglés de Billy Bragg. Todos los delegados puestos de pie cantamos. No se leyeron las resoluciones ni hubo clausura formal del Congreso.

Los delegados e invitados que así lo decidieron pasaron a las urnas a depositar su voto.

Algunos integrantes del Consejo Presidencial de la FSM. George Mavrikos (segundo a la izquierda),
secretario general; Mohammad Azzouz (al centro), presidente. Salvador Valdés (CTC de Cuba) penúltimo a la derecha, Antonio Neto (CGTB de Brasil) último a la derecha

La representación general de la FSM, acordada por el 16º Congreso Sindical Mundial, es la siguiente:

El 16º Congreso Sindical Mundial, realizado en Atenas, Grecia, acordó que la presidencia de la FSM fuera ocupada por Mohammad Azzouz (Siria) y la secretaria general por George Mavrikos (Grecia).

El Consejo Presidencial quedó integrado de manera disímbola. Algunos son importantes sindicalistas y con interesante trayectoria. Otros, la mayoría, son nuevos. De estos, algunos se afiliaron recientemente, otros, apenas anunciaron que se afiliarán. Algunos tienen reconocida representatividad, otros carecen de la misma.

Esta vez no se decidieron posiciones específicas. Será el mismo Consejo el que determine las Vicepresidencias, Secretaría general adjunta y/o alguna otra representación.

De América hay 12 representantes, de Asia 9, de Africa 7, de Europa 7, de Medio Oriente 4 y de Oceanía 1. Del total, 5 son mujeres.

Aparte se eligió al Comité de control financiero, constituido por siete miembros.

Deseamos muchos éxitos al nuevo Consejo. La experiencia previa muestra que los integrantes del Consejo Presidencial realizan pocas actividades y, en ocasiones, ninguna. El Consejo se reúne cada seis meses y después nada. Varias de las posiciones son solo simbólicas.

Esto es consecuencia de la deficiente estructura funcional de la FSM. Esta vez se aprobó una Secretaría general pero no existe Secretariado. La primera se apoyará en un staff de colaboradores sin carácter estatutario.