Volumen 11, Número 177, enero 15 de 2011
 



5. Unidad internacional de los trabajadores




RESUMEN: La unidad internacional de los trabajadores es necesaria pero no se puede decretar, debe construirse desde abajo con base en principios de clase, un programa de lucha común y un plan de acción, acordados mayoritariamente por las bases.


1. Introducción

La Federación Sindical Mundial (FSM) surgió unitaria. Las condiciones de la época permitieron la formación de una sola central internacional. Tuvieron que presentarse los horrores de la guerra para concluir que la unidad de los trabajadores era necesaria y posible.

Sin embargo, al poco tiempo, el imperialismo auspició y logró la división produciéndose la escisión de 1949, para crear enseguida, a la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), hoy llamada Confederación Sindical Internacional (CSI).

El movimiento sindical del mundo está dividido, ideológica, política y organizativamente. Esto es consecuencia de la lucha de clases, con el agravante de la hegemonía imperialista que mantiene sometidos a los trabajadores, al igual que a las naciones y sus pueblos. En materia sindical, la política ha sido de infiltración para dividir a los trabajadores.

La división se acrecienta porque es una política sistemática seguida por el imperialismo. Utilizando diversos mecanismos, el propósito central consiste en desafiliar a los sindicatos y centrales de la FSM para incorporarlos a la CSI, sea mediante la corrupción o la imposición política de los Estados y gobiernos.

La división orgánica se expresa en dos proyectos radicalmente distintos. La FSM basa sus principios en el concepto de la lucha de clases, la CSI en el colaboracionismo de clase. Tales principios son antagónicos.

Una determinada idea conduce a una determinada práctica, otra idea a otra práctica diferente. Este es el caso. La FSM se plantea la lucha contra el capital, no solamente en sus efectos, sino en sus causas. La CSI no atiende las causas, apenas los efectos y de manera subordinada al capital.

No obstante, la unidad internacional de los trabajadores es necesaria y siempre ha sido propuesta de la FSM. Concretarla en estos momentos requiere de un análisis detallado y sereno para determinar las condiciones políticas que la hagan viable y verdadera.

2. Sí a la unidad de clase

¿Cómo hacer la unidad? La unidad no se decreta se construye desde las bases. Lo primero que se requiere para formar una central es la voluntad política de las partes. ¿Existe tal voluntad? Para la FSM no hay duda. Por parte de la CSI no hay voluntad, esa central no reconoce la existencia de la FSM y se niega a cualquier tipo de relación. El objetivo de la CSI consiste en desafiliar de la FSM a centrales y sindicatos previamente seleccionados.

Sin embargo, la unidad internacional de todos los trabajadores es bandera histórica de la FSM, ahora y siempre.

¿Cómo hacer la unidad? Con base en referencias claramente definidas. ¿Cuáles son? 1- los Principios. La FSM propone los de la clase obrera: lucha de clases, unidad, solidaridad, independencia de clase. 2- el Programa. La FSM propone la unidad como un medio para llevar adelante un Programa acordado colectivamente. 3- un Plan de acción, referido a la concreción de las tareas políticas del proletariado y la lucha por las reivindicaciones inmediatas e históricas.

¿Cuáles serían los procedimientos a seguir? 1- que las centrales acepten formalmente entrar en un proceso de unidad, 2- que ambas centrales propongan documentos básicos para la central única, 3- que todas las propuestas sean discutidas por las bases, en todos los países y continentes, 4- que todas las decisiones sean tomadas colectiva y democráticamente por la mayoría de trabajadores, 5- convocar a un Congreso Sindical Mundial de Unidad, previa disolución de las actuales centrales.

¿Cuándo hacer la unidad? En cualquier momento, podría empezarse desde ahora. Para ello, ambas centrales deben declarar su disposición. ¿Hay condiciones? ¡No, desafortunadamente!

En la fase actual del capitalismo, éste pone por delante su hegemonía. La CSI no es autónoma, está sujeta al capital internacional, constituye el departamento laboral del imperialismo y está controlado por sus agencias de inteligencia y espionaje. Para el imperialismo, su central tiene el objetivo estratégico de desnaturalizar al sindicalismo del mundo, hasta destruirlo, desviándolo de sus objetivos de clase.

En tales condiciones, la unidad internacional es necesaria pero no está a la orden del día. Debemos recorrer un camino sinuoso, promoviendo la unidad desde las bases, a través de la solidaridad y la acción unificada, hasta lograr la relación de fuerzas necesarias para concretar la anhelada unidad.

3. Conclusiones

Con improvisada preocupación, algunos afiliados a la FSM ven en la CSI una alternativa pero no hay tal. La CSI asegura que es mayoritaria y rica. Lo segundo es cierto pero, lo primero, es discutible.

El número es importante pero no cuenta en la balanza sino está unido por la organización y guiado por el saber. Es decir, la unidad por la unidad no es tal. La unidad tampoco es abstracta, ni declarativa, sino real, pero hay que construirla.

En cualquier escenario, la prioridad política consiste en fortalecer a la propia FSM en todos sus aspectos.

PROPUESTAS

EL FTE de México presenta al 16º Congreso Sindical Mundial las siguientes propuestas:
  1. La FSM lucha por la unidad de clase del proletariado del mundo y llama a construir esa unidad con base en principios de clase, un programa común y un plan de acción colectivo, poniendo a discusión de las bases las propuestas para la toma de decisiones colectivas, tendientes a convocar a un Congreso Sindical Mundial de Unidad.

  2. La FSM llama a sus afiliados y amigos a fortalecer a nuestra organización internacional en sus aspectos teóricos, técnicos, políticos, sociales y culturales, con la participación decidida de las bases de los sindicatos, UISs y centrales nacionales.

Frente de Trabajadores de la Energía,
de México





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