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Volumen 9, Número 146, noviembre 20 de 2009 www.wftucentral.org
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Un mes de resistencia electricista



La solidaridad con los electricistas ha aumentado, no así la resistencia interna. La política sindical oficial sigue basándose exclusivamente en amparos y controversias. Estado y sindicato mantienen rígidamente sus posiciones. Luego de un mes en conflicto no existe ningún diálogo y menos negociación. La irregularidad interna sigue, la política de Esparza va a hacia la nada.

Se amplía la solidaridad

Desde un principio diversas organizaciones sociales y populares expresaron su solidaridad incondicional con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Aún cuando algunas medidas se han impuesto por el grupo de Esparza, las acciones solidarias al alcance no se han discutido sino ejercido. En silencio, algunos critican la conducción oficial del conflicto, sin embargo, nadie las ha puesto a debate, se ha apoyado al SME como tal.

El 15 de octubre, la marcha rebasó los 200 mil manifestantes. Este 11 de octubre parecieron menos pero el nivel fue superior. El SME y organizaciones afines hablaron de un Paro Nacional. En la capital e interior del país se realizaron diversas acciones, la más importante fue el paro de actividades realizado por los trabajadores del STUNAM y los estudiantes pumas.

Otra acción fue la inasistencia al trabajo de un sector de los telefonistas, quienes pararon SIN interrumpir el servicio. En este caso no faltó el oportunismo pues parte de las huestes de Hernández Juárez aprovecharon el paro para realizar un mitin, no de apoyo a los electricistas, sino para solicitar al gobierno que le otorgue concesiones a Telmex para transmitir por televisión. Es decir, los telefonistas están más interesados en fortalecer a su patrón que en la solidaridad.

Con la participación de organizaciones populares, la ciudad de México sufrió decenas de bloqueos a calles y avenidas, el caos vial duró varias horas. Por la mañana, se había anunciado la “toma” de las instalaciones centrales de LFC (Verónica) por parte de los diputados del Partido del Trabajo (PT). NO hubo tal. Lo que se hizo fue un mitin.

Las casetas de cobro en las salidas a Querétaro, Puebla y Pachuca fueron tomadas por electricistas y otras organizaciones sucediéndose enfrentamientos con la Policía Federal, especialmente en la de Querétaro donde hubo golpeados, detenidos y vehículos volcados. Por la tarde, la marcha arribó al Zócalo desde varios puntos. En la parte que marchó por Paseo de la Reforma, Esparza la hizo encabezar por un estandarte de la Virgen de Guadalupe. En el mitin, dijo que “está cerca la huelga nacional”, para la próxima semana (sic).

El Paro fue exitoso aunque limitado, es más propio hablar de una jornada exitosa. La limitación más fuerte es la presencia mínima de sectores obreros, aparte de maestros de la CNTE y universitarios de la UNAM, el resto son sectores populares. La propia presencia de electricistas del SME fue inferior a la marcha anterior.

Sigue el enfrentamiento con el Estado

Al 11 de noviembre, las relaciones entre el sindicato y el gobierno estaban como hace un mes: en un punto cero o, tal vez, bajo cero. El 15 de octubre de habló de un “diálogo” que nunca existió. Después de la marcha, el secretario de gobernación recibió a Esparza y a Muñoz; al siguiente día, Esparza “rompió” el diálogo que jamás se inició.

En ese momento no podía haber diálogo, no es que no hubiera materia, porque no había voluntad política de nadie. El Estado mantenía su posición: la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) “es un hecho consumado”; el SME, “representado” por Esparza postuló “regrésenos a nuestra empresa”. A partir de esas premisas, cada parte siguió su respectivo camino al que llaman “estrategia”. Un mes después, los hechos son muy claros.

Al no ceder ninguna de la partes ni promover algún mínimo acercamiento se está ante posiciones de fuerza. En este caso, la desproporción es evidente: el Estado sigue ocupando las instalaciones eléctricas de LFC, reemplazando constantemente elementos y sin ninguna intención de retirarlos. Esparza planteó una “vía legal” consistente en interponer amparos de todo tipo, es decir, acciones defensivas ante hechos declarados, al criterio de Néstor de Buen, abogado patronal.

En la polarización, el Estado sostiene la validez del decreto de extinción, débilmente cuestionado por los 500 abogados que supuestamente apoyan al sindicato. Lo peor es que, la única respuesta ante la ilegalidad del decreto es la Controversia Constitucional, misma que debe interponer al menos una cuarta parte de los diputados y, hasta el momento, nada se ha logrado y todo parece indicar que nada se hará.

Mientras, el 31 de octubre, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (Junta) inició el juicio para dar por terminadas las relaciones laborales de todos los electricistas. Un día antes, el sindicato obtuvo de una juez federal la “suspensión provisional” a un amparo, según la cual, la Junta debía abstenerse de emitir laudo alguno. Así fue, la Junta no emitió ninguna resolución y se está a la espera de que se resuelva el fondo del asunto, cuya audiencia constitucional está anunciada para el 24 de noviembre.

Entre tanto, las liquidaciones de electricistas siguen adelante. Más del 50% de los trabajadores han recibido su finiquito.

Cero política eléctrica

Qué el Estado mantenga una posición de fuerza no es novedad, el Estado es un aparato separado de la sociedad especializado y preparado para la opresión. El Estado está formado, principalmente, por las fuerzas de coerción y para imponerse ejerce la fuerza. Pero que el sindicato mantenga una posición tan cerrada no significa que las fuerzas estén en tensión y sean expresión de la lucha de clases porque es evidente que existe una desproporción y desigualdad de fuerzas.

EL sindicato, igual que todos los sindicatos, es una organización que se mueve dentro del ámbito legal del Estado y sus instituciones. Así ha sido durante los casi 95 años del SME. Las condiciones presentes no indican que nos encontremos en la transición histórico-social o ante un Estado resquebrajado. Muchos quisiéramos que fuera así pero no es el caso.

Se está ante un conflicto político con vertientes industriales, laborales y sindicales, mismas que debieran abordarse. Sin embargo, no es así. El Estado insiste en una posición de fuerza, atendiendo los aspectos laborales a través de las liquidaciones conforme al Contrato Colectivo de Trabajo y, el sindicato, ha reducido todo a algunos aspectos jurídicos.

Respecto a la situación industrial, salvo el FTE, nadie ha propuesto nada coherente y menos benéfico para la nación y los trabajadores. El Estado está posesionado de las instalaciones eléctricas en la región central del país, operadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Esparza, sus seguidores y expertos rechazan a la CFE e insisten en que les regresen “su” empresa, es decir, LFC.

El caso es patético. LFC NO es de Esparza, ni de los electricistas ni el gobierno, ni siquiera del Estado; LFC es de la nación. Esto que parece tan claro no lo es para muchos electricistas. Consecuentemente, con tan tergiversada concepción industrial, hay una evidente incapacidad de sacar las conclusiones correctas.

El defecto es, ante todo, político. Detrás de “regrésenos” a LFC se expresa una política de “todo o nada”, “ellos o nosotros” como dicen los smeítas. Por ese camino, el riesgo de quedarse en “nada” es muy grande y cada vez se acerca más ese momento, podría ser un final trágico.

El Estado, al recurrir a la CFE para encargarse de la operación del Sistema Eléctrico Nacional en la región central, adquirió responsabilidades industriales y laborales que no puede eludir. Industrialmente, está en la obligación de continuar la operación eléctrica a través de la CFE que, laboralmente, se asume legalmente como “patrón sustituto”. Eso configura las condiciones para una salida al conflicto en su perspectiva histórica y política, definida por la “integración de la industria eléctrica nacionalizada!.

Esta es la mejor propuesta en todos los aspectos. Pero, siendo tan favorable, atractiva y lógica, tiene una condición: debe ser asumida por la mayoría de los electricistas y éstos se niegan sometidos por una representación sindical que no es tal.

No hay representación sindical acreditada

NADIE en el SME tiene la personalidad jurídica acreditada para representar el interés general de los electricistas. Las elecciones fueron en junio, la negativa de la Toma de Nota a Esparza fue el 5 de octubre, el 11 del mismo mes estalló el conflicto, al 11 de noviembre todo seguía igual.

En el sindicato NO HAY con quién tratar desde el punto de vista legal y político. Esparza sostiene que la asamblea lo ratificó pero se trata solamente de un “dicho”. Los Estatutos sindicales prevén los procedimientos de los procesos electorales y, en ninguna parte, se habla de representantes electos “de palabra”. Más aún, las asambleas de que habla Esparza no son asambleas del sindicato sino del grupo “Verde” que ha hegemonizado al sindicato desde que lo fundó Jorge Sánchez.

Tan no hay representación sindical que, al negarle la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) la Toma de Nota, Esparza acudió a presentar un amparo. El juez encargado del caso ni siquiera le dio entrada, no hubo “suspensión provisional” sino que, fue desechada la pretensión. Desde luego, los abogados de Esparza podrán acudir a la siguiente instancia y continuar la queja pero, la negativa de la STPS sigue en curso.

No obstante, a Esparza parece no importarle asumirse sin representatividad y/o personalidad jurídica debidamente acreditada. Peor aún, no parece interesarle llegar a un ningún arreglo negociado que sea favorable para el conjunto de los electricistas a los que dice representar.

Descomposición interna

La base de los electricistas ya se redujo a la mitad. Lo más grave es que “los verdes” se asumen como los “únicos” electricistas, si alguien se atreve a disentir o intentar opinar es calificado en el acto de “traidor”. Opinar es un decir porque desde que empezó el conflicto NO se ha realizado una sola asamblea de electricistas, todas han sido “asambleas” de grupo. La excepción es en las divisiones donde sí se han realizado asambleas generales. Asambleas departamentales tampoco ha habido porque la estructura interna del sindicato se resquebrajó inmediatamente al 11 de octubre. Durante 1 mes no han funcionado los representantes departamentales, la mayoría de los electricistas están dispersos.

Los jubilados continúan reuniéndose pero sus deliberaciones de grupo son patéticas, egoístas y fuera de la realidad, por decir menos. Un grupo de jubilados se alió acríticamente con Jorge Sánchez y 41 exrepresentantes más con el propósito de apoderarse de los bienes sindicales y negociar con el gobierno el otorgamiento de alguna empresa contratista.

En este contexto, Alejandro Muñoz, contendiente en las pasadas elecciones sindicales internas ha intentado la interlocución con el gobierno desde una posición indigna y poquitera, reducida a que los contratistas de CFE recontraten a los electricistas liquidados.

Los aspectos de fondo del conflicto NO se discuten, todo se reduce a “esperar” el resultado de los amparos y controversias. Sin embargo, electricistas activos y jubilados, preocupados por la situación han realizado asambleas y se han constituido en Coalición de Electricistas de Base con el objetivo de impulsar una salida favorable al conflicto en el marco de la integración industrial. Muchos compañeros se han manifestado de acuerdo, otros dicen estarlo pero no firman. La discusión ha sido difícil porque los empleados de Esparza han estado a punto de golpear a los compañeros.

Acción solidaria combativa

Al producirse la ocupación policiaco-militar d e LFC, el FTE de México se declaró en sesión permanente y todos los días llevamos a cabo un análisis político de la situación así como la coordinación de acciones.

Nuestra presencia se desplegó de inmediato con brigadas de información en la Escuela Normal, la FES-Aragón de la UNAM. Nos trasladamos a Toluca y participamos de entrevistas a la radio, televisión y prensa escrita. Luego, realizamos de Foros las facultades de Filosofía y Letras, Derecho e Ingeniería de la propia UNAM, así como, en colonias populares en Puente de Vigas, Tlalnepantla, Edomex. También nos desplazamos a Tlaxcala para informar a los medios y promover la solidaridad en la región. Otro tanto, hicimos con los trabajadores del Instituto Mexicano del Petróleo, el Consejo de Pueblos de Morelos y el Consejo de Pueblos de Tierra Caliente.

Un aspecto prioritario ha sido la discusión con los electricistas en sus centros de trabajo. La dispersión ha sido un obstáculo pero se ha dialogado lo más ampliamente posible.

Con diversos sectores conocidos de la resistencia civil obradorista se ha promovido la solidaridad con el SME, algunos han respondido, otros siguen callados.

De especial interés ha sido nuestro accionar en el frente internacional. De varias partes del mundo se ha expresado la solidaridad con el SME.

Lo más importante es la solidaridad programática y política del FTE pues, a partir de nuestra propia historia de lucha y en el marco de la nacionalización eléctrica, impulsamos las conclusiones certeras de ésta aplicadas en el momento actual. Por ello, formulamos una propuesta nacionalizadora de integración industrial. Esta propuesta implica avanzar en la integración de la industria eléctrica nacionalizada y el regreso de TODOS los electricistas al trabajo organizados en el SME y con plenitud de sus derechos contractuales y sindicales.

La propuesta no solo tiene bases históricas incuestionables sino que tiene viabilidad jurídica, laboral, industrial, técnica y política. Esta es la propuesta de los electricistas de base. La otra propuesta, la de las transnacionales y gobierno federal, son privatizadoras. La propuesta de “regrésenos a LFC” ni siquiera es seria.

Al término del primer mes de la resistencia electricista, es inocultable que vamos perdiendo la batalla. Eso no significa que perdamos la guerra. Sin embargo, es fundamental promover condicione políticas para revertir la ofensiva del gobierno. El tiempo corre en nuestra contra. Hace falta el accionar colectivo y decidido de la base electricista en resistencia.


2009 elektron 9 (302) 1-4, 13 nov 2009.




Electricistas en la Cámara de Diputados FOTO: Notimex
Marcha de electricistas FOTO. V. Camacho



Marcha del 11 de noviembre de 2009


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