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NOTICIAS, ANÁLISIS Y PROPUESTAS DEL SECTOR ENERGÍA
Volúmen 1 Número 13 / 16 de diciembre de 2001
Panorama Energético Mundial, 2001

Un año de pobres perspectivas económicas mundiales denunciadas durante las protestas contra el foro económico mundial de Davós, y luego en Québec, durante la tercera Cumbre de las Américas y más tarde en Génova, durante la cumbre del G-8. El 2001, pese al fortalecimiento de los movimientos antiglobalización, como el Foro Social Mundial de Porto Alegre, y el importante llamamiento hecho en Cuba contra el ALCA, fue testigo del cínico llamado de EU a respaldar su propia Política Energética Nacional, cuyo principal y único objetivo es satisfacer el déficit de Estados Unidos, que importa ya el 52% de su consumo y que en el 2020 tendría que importar el equivalente a dos de cada tres barriles. Este es el panorama.

EUA. En petróleo, la meta energética de EU es aumentar cuanto pueda la producción mundial, por más cara y devastadora que sea, aún en su reserva natural ártica, para asegurarse crudo foráneo barato por la vía de sus transnacionales, principalmente en AL, fuente de la mitad de sus importaciones. Seguirán Arabia Saudita, Kuwait, Argelia, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos y en otra etapa, África, el Caspio y Rusia, que deberán también abrirse al capital y al mercado.

Sin embargo, con la crisis eléctrica de California y la subsecuente quiebra de Enron, una de las empresas eléctricas más importantes a nivel mundial, el panorama se complica en todo el mundo, ya que las repercusiones de estos hechos deberán ser asumidas por todos los actores del proceso. Incluso las principales transnacionales han modificado sus proyecciones de crecimiento e inversión a causa de la recesión económica mundial.

Inicialmente la crisis ha repercutido ya en los procesos de apertura y desregulación en América Latina, con la suspensión, aplazamiento e incluso cancelación de los mismos. Tal es el caso por ejemplo de Argentina y Brasil.

Argentina. Hoy es evidente que la grave crisis económica, financiera y política que afecta a Argentina tiene una vertiente importante en la apertura del sector eléctrico de ese país, codiciado internacionalmente por su carácter de exportador de electricidad y gas natural a países vecinos, Brasil y Chile principalmente.

Por el momento, en Argentina no existen ya proyectos viables, tanto por la crisis mencionada, como por los severos cuestionamientos sobre el beneficio real de la apertura, al grado de que las privatizaciones de empresas como EPEC y EPESF y otros proyectos para producir energía para exportación se suspendieron indefinidamente, además de todos los planes de expansión. El gobierno de Argentina no consiguió en 2001 reformar la actual legislación del sector eléctrico para desregular totalmente el mercado; porque su propuesta fue rechazada en el Parlamento.

Brasil. En un panorama similar, agravado por el racionamiento y una temporada de pronunciado estiaje luego de la cual, las hidroeléctricas brasileñas, responsables del 90% de la generación eléctrica, se mostraron incapaces de satisfacer la demanda. No obstante, el potencial del mercado brasileño de energía logró atraer a las principales empresas energéticas transnacionales, lo que se tradujo en la licitación de 2,289 Mwe y la autorización para construir otros proyectos hasta por 1,773Mwe.

En el 2001 sin embargo, se concretó la venta de la distribuidora SAELPA, en Paraíba, adquirida por la distribuidora CPFL (asociada de la estadounidense ALLIANT). También fue privatizada la distribuidora CEMAR, de Maranhao, vendida a la estadounidense PPL Global.

La venta de otras importantes empresas se suspendió. El gobierno de Sao Paulo por ejemplo alegó como excusa la crisis; sin embargo, las empresas interesadas (como Tractebel, AES, Duke, y Endesa) tampoco depositaron las garantías financieras en espera de mayores concesiones.

Centroamérica. El Sistema de Interconexión Eléctrica de Países Centroamericanos (SIEPAC) recibió financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El sistema unirá a los países de Centroamérica con líneas de 1,800 Km. México por lo pronto, firmó ya un contrato de interconexión con Guatemala, en el marco del Plan Puebla-Panamá.

Colombia. Continuando con un ciclo de crisis recurrentes, la privatización del sector eléctrico de este país sufre escasez continua de energía, de modo que la privatización de ISAGEN se suspendió al no encontrar ventaja pública en ello. En el ínterin, Colombia ha convenido con Ecuador compartir un proyecto de interconexión.

Chile. País tristemente pionero en la apertura y privatización del sector eléctrico, hoy no logra concretar nuevas inversiones en generación y transmisión por los problemas normativos que reclaman los inversionistas del sector hace más de 4 años. El organismo regulador CNE prepara ya modificaciones legislativas que, de no aprobarse, provocarán escasez de electricidad para el 2003. Con el mismo pretexto, las generadoras privadas han suspendido las inversiones en transmisión, tanto a escala nacional como internacional.

Perú. En un año de elecciones, el Perú no realizó grandes cambios en el sector de la energía este año, aunque se concretó la venta de ELECTROANDES y se anunció para el primer cuarto del 2002 la venta de todas las compañías de electricidad en manos del estado, excepto ELECTROPERU (una planta hidráulica). El gobierno también ha anunciado una nueva reforma del sector eléctrico, a efectuarse durante el primer trimestre del 2002.

Venezuela. El paso de una nueva ley de la electricidad que habría abierto más el sector a las compañías privadas fue suspendido por el nuevo presidente Hugo Chávez, posponiendo con ello la entrada del capital privado indefinidamente. El plan geopolítico de la administración Bush es además una grave amenaza para el petróleo venezolano, recolonizado ya con el apoyo de ex directivos de Petróleo de Venezuela, (SA).

Europa. Aunque el mercado único de electricidad de la Unión Europea cubre en el papel más del 70% de la energía suministrada a los grandes consumidores, esto se debe en gran parte a que algunos países han acelerado la liberalización buscando la regionalización de sus mercados, como estrategia ante la introducción de un mercado de competencia totalmente abierta, en el marco de la integración europea.

En la realidad, el proceso se encuentra estancado en tanto sea posible determinar un grado confiable de independencia entre los sectores de la generación y el transporte de energía. Los acuerdos iniciales comprometen solamente la separación legal de ambos, y la obligatoriedad de contar con un regulador independiente, elementos imprescindibles para asegurar la viabilidad el mercado eléctrico.

Sin embargo el caso francés contraviene las expectativas: Francia ha logrado cumplir con dicha normatividad, sin mermar su independencia energética, utilizando el modelo del mercado nórdico (Nordpool, que incluye a Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca). Esta situación comienza a ser cuestionada por otros países que esperaban una apertura irrestricta y menos obstáculos para establecer mercados tranfronterizos. Según la propia comisión europea, el intercambio real de energía eléctrica entre países de la comunidad llega apenas al 8%, y persisten severos problemas de congestionamiento de redes internacionales.

Complementariamente Europa mira ya a la integración energética con los países de Europa Central no miembros y del Este, mediante la construcción de un anillo mediterráneo, que incluya a los países del Norte de África. El interés radica en asegurarse el suministro oportuno de gas y el manejo del mercado de dicho combustible. La comunidad tiene una creciente dependencia de suministro externo, que se calcula llegará al 70% en 2030. Por el momento, cada país negocia por separado su abasto, sin que ello garantice ni el abasto ni la estabilidad de los precios.

Lo anterior da pié a la manifestación más dramática del mercado expresada en las constantes fusiones y adquisiciones entre las principales empresas, tanto en electricidad como Gas Natural. Francia y particularmente España, se han distinguido por su voraz intervención a nivel mundial. Ejemplo de lo anterior fue el acuerdo este año entre las compañías españolas Endesa y Repsol YPF con una filial de la francesa Electricité de France, EDF Internacional, para la venta de la empresa eléctrica argentina Edenor. Todo al margen del gobierno argentino.

Podemos concluir que la introducción del mercado eléctrico modifica no solo el papel de los estados nacionales en cuanto a rectoría económica, sino que afecta ya la estructura productiva y la propiedad misma de la energía, restructurando y conformando oligopolios que incluyen sus propias estructuras financieras.

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