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Volumen 9, Número 121, febrero 15 de 2009 www.wftucentral.org
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El problema del Estado

 

¿Qué es el Estado, cuál es su naturaleza, cuál es su significación? En el contexto de la crisis económica capitalista, volver a reflexionar sobre este tema tiene la mayor importancia. Se trata de un problema político fundamental.

El Estado no ha existido siempre

En el medio obrero el tema del Estado casi nunca se aborda por ser un asunto difícil y complicado. Consecuentemente, persiste la confusión auspiciada por los políticos y filósofos burgueses. Sin embargo, este asunto es crucial. El FTE de México considera que debemos esforzarnos por estudiarlo y tratar de comprenderlo.

En esta ocasión, para abrir la discusión, traemos a la memoria la conferencia “Sobre el Estado”, de V.I. Lenin, pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919, cuando aún estaba fresca la Revolución de Octubre.

La lucha de clases se refleja o se expresa en un conflicto entre las concepciones sobre el Estado, en la apreciación del papel y de la significación política de éste.

Sobre el “problema del Estado”, decía Lenin hace 90 años, se ha sembrado mucha confusión en la ciencia, la filosofía, la jurisprudencia, la economía política y el periodismo burgueses. “Este problema ha sido tan embrollado y complicado porque afecta más que cualquier otro los intereses de las clases dominantes. La teoría del Estado sirve para justificar los privilegios sociales, la existencia de la explotación, la existencia del capitalismo”.

En la historia de las ideas ha habido concepciones religiosas respecto del Estado como si tuviera un origen divino y fuera destino inevitable. Tal doctrina está, desde luego, vinculada a los intereses de la clase explotadora a la que sirve el Estado. Pero, éste no siempre existió. Hubo un tiempo en que no había Estado. “Este aparece en el lugar y momento en que surge la la división de la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los explotados”.

El Estado es un aparato de coerción

El Estado es un aparato especial para el empleo sistemático de la fuerza y el sometimiento del pueblo por la misma. ¿Qué es lo que constituye la esencia del Estado? La coerción, la violencia, los grupos especiales de hombres armados, las cárceles y demás medios para someter por la fuerza la voluntad de otros.

“El Estado es en realidad un aparato de gobierno, separado de la sociedad humana. Cuando aparece un grupo especial de hombres de esta clase, dedicados exclusivamente a gobernar y que para ello necesitan de un aparato especial de coerción para someter la voluntad de otros por la fuerza, entonces surge el Estado”.

El Estado aparece con la división en clases sociales

La división de la sociedad en clases es un hecho fundamental para la aparición del Estado. En general, se considera que en la historia hubo una sociedad sin clases, originaria, primitiva, en la que no existía Estado. Luego, vino una sociedad basada en la esclavitud. En Europa la esclavitud duró dos mil años. La división entre propietarios de esclavos y esclavos fue la primera división de clases importante. Esta forma fue seguida por el feudalismo que cambió las relaciones entre los hombres, dividiéndolos en terratenientes propietarios de siervos y los campesinos siervos.

Más tarde, con el desarrollo del comercio, la aparición del mercado mundial y el desarrollo de la circulación monetaria, surgió el capitalismo. De la mercancía, el intercambio de éstas y la aparición del poder del dinero, surgió el poder del capital.

En todos los países capitalistas, los dueños del capital, de la tierra y sus recursos, de las fábricas y minas, son una minoría que gobierna, oprime y explota el trabajo de toda la población, de la cual, la mayoría somos trabajadores.

Cuando se afianza la división de la sociedad en clases, también ocurre lo mismo con el Estado, el cual “ha sido siempre determinado aparato al margen de la sociedad y consistente en un grupo de personas dedicadas exclusiva o casi exclusivamente o principalmente a gobernar. Los hombres se dividen en gobernados y en especialistas en gobernar, que se colocan por encima de la sociedad y son llamados gobernantes, representantes del Estado. Este aparato, este grupo de personas que gobiernan a otros, se apodera siempre de ciertos medios de coerción, de violencia física, ya sea que esta violencia sobre los hombres se exprese en la masa primitiva o en tipos más perfeccionados de armas”, escribió Lenin.

Los métodos de violencia han cambiado, pero dondequiera ha existido un Estado, existió en cada sociedad, un grupo de personas que gobernaban, mandaban, dominaban, y que, para conservar su poder, disponían de un aparato de coerción física, de un aparato de violencia, con las armas que correspondían al nivel técnico de la época dada.

El Estado es una maquinaria para la opresión

De manera que el Estado no existió cuando no había explotadores y explotados y apareció con la división de la sociedad en clases sociales.

En cuanto a su esencia y naturaleza, “El Estado es una máquina para que una clase reprima a otra, una máquina para el sometimiento a una clase de otras clases, subordinadas. Esta máquina puede presentar diversas formas. El Estado esclavista podía ser una monarquía, una república aristocrática e incluso una república democrática. En realidad, las formas de gobierno variaban extraordinariamente, pero su esencia era siempre la misma: los esclavos no gozaban de ningún derecho y seguían siendo una clase oprimida; no se los consideraba seres humanos. Nos encontramos con lo mismo en el Estado feudal”. El cambio en la forma de explotación trasformó el Estado esclavista en Estado feudal.

Ni bajo la esclavitud ni bajo el feudalismo podía una reducida minoría de personas dominar a la enorme mayoría sin recurrir a la coerción. “Para mantener su dominación y asegurar su poder, los señores feudales necesitaban de un aparato con el cual pudiesen sojuzgar a una enorme cantidad de personas y someterlas a ciertas leyes y normas; y todas esas leyes, en lo fundamental, se reducían a una sola cosa: el mantenimiento del poder de los señores feudales sobre los campesinos siervos. Tal era el Estado feudal”.

La sociedad feudal representaba así una división en clases en la que la inmensa mayoría - los campesinos siervos - estaba totalmente sometida a una insignificante minoría, a los terratenientes dueños de la tierra.

El Estado capitalista

El desarrollo del comercio y del intercambio de mercancías, condujeron a la formación de una nueva clase, la de los capitalistas. El capital se conformó como tal al final de la Edad Media, cuando, después del descubrimiento europeo de América, el comercio mundial adquirió un desarrollo enorme, cuando aumentó la cantidad de metales preciosos, cuando la plata y el oro se convirtieron en medios de cambio, cuando la circulación monetaria permitió a ciertos individuos acumular enormes riquezas.

La plata y el oro fueron reconocidos como riqueza en todo el mundo. Declinó el poder económico de la clase terrateniente y creció el poder de la nueva clase, los representantes del capital. La sociedad se reorganizó de tal modo, que todos los ciudadanos parecían ser iguales, desapareció la vieja división en propietarios de esclavos y esclavos, y todos los individuos fueron considerados iguales ante la ley, independientemente del capital que poseyeran. Propietarios de tierras, o pobres hombres sin más propiedad que su fuerza de trabajo, todos eran iguales ante la ley.

Se dice que la ley protege a todos por igual; en realidad, protege la propiedad de los que la tienen, contra los ataques de las masas que, al no poseer ninguna propiedad, al no poseer más que su fuerza de trabajo, se empobrecen y arruinan poco a poco y se convierten en proletarios. Tal es la sociedad capitalista

“Esta sociedad fue avanzando contra la servidumbre, contra el viejo régimen feudal, bajo la consigna de la libertad. Pero esa libertad es para los propietarios. Y, cuando se desintegró el feudalismo, cosa que ocurrió a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, el Estado feudal fue desplazado por el Estado capitalista, que proclamó como consigna la libertad para todo el pueblo, afirmando que expresa la voluntad de todo el pueblo y niega ser un Estado de clase”.

En su momento, Lenin explicó que “en este punto se entabló una lucha entre los socialistas, que bregan por la libertad de todo el pueblo, y el Estado capitalista, lucha que condujo hoy a la creación de la República Socialista Soviética y que se está extendiendo al mundo entero”.

La libertad de propiedad privada

Para comprender la lucha iniciada contra el capital mundial, para entender la esencia del Estado capitalista, debemos recordar que cuando ascendió el Estado capitalista contra el Estado feudal, entró en la lucha bajo la consigna de la libertad.

La abolición del feudalismo significó la libertad para los representantes del Estado capitalista y sirvió a sus fines, puesto que la servidumbre se derrumbaba y los campesinos tenían la posibilidad de poseer en plena propiedad la tierra adquirida por ellos mediante un rescate o, en parte por el pago de un tributo; esto no interesaba al Estado; protegía la propiedad sin importarle su origen, pues el Estado se basaba en la propiedad privada. En todos los Estados civilizados modernos los campesinos se convirtieron en propietarios privados.

El Estado reconocía los derechos de propiedad de todo comerciante, fabricante e industrial. Y esta sociedad, basada en la propiedad privada, en el poder del capital, en la sujeción total de los obreros desposeídos y las masas trabajadoras del campesinado proclamaba que su régimen se basaba en la libertad. Al luchar contra el feudalismo, el capital proclamó la libertad de propiedad y se sentía especialmente orgullosa de que el Estado hubiese dejado de ser, supuestamente, un Estado de clase.

Con todo, el Estado seguía siendo una máquina que ayudaba a los capitalistas a mantener sometidos a los campesinos pobres y a la clase obrera, aunque en su apariencia exterior fuese libre. Proclamaba, también, el sufragio universal y, por intermedio de sus defensores, predicadores, eruditos y filósofos, que no era un Estado de clase.

Nuevamente, Lenin se refiere a la situación del momento al señalar que “Incluso ahora, cuando las repúblicas socialistas soviéticas han comenzado a combatir el Estado, nos acusan de ser violadores de la libertad y de erigir un Estado basado en la coerción, en la represión de unos por otros, mientras que ellos representan un Estado de todo el pueblo, un Estado democrático”.

La dominación del Estado

F. Engels, en “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, dice que “todo Estado en el que existe la propiedad privada de la tierra y los medios de producción, en el que domina el capital, por democrático que sea, es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas para el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio universal, la Asamblea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma, una especie de pagaré, que no cambia la esencia del asunto”.

Las formas de dominación del Estado pueden variar: el capital manifiesta su poder de un modo donde existe una forma y de otro donde existe otra forma, pero el poder está siempre, esencialmente, en manos del capital, ya sea que exista o no el voto restringido u otros derechos, ya sea que se trate de una república democrática o no; en realidad, cuanto más democrática más burda y cínica es la dominación del capitalismo.

La república democrática y el sufragio universal representaron un enorme progreso comparado con el feudalismo: permitió al proletariado lograr su unidad y solidaridad y formar esas filas compactas y disciplinadas que libran una lucha sistemática contra el capital. No existió nada ni siquiera parecido a esto entre los campesinos siervos y ni que hablar ya entre los esclavos

Se dice que el Estado es libre. Pero no hay tal. Mientras exista la propiedad privada, el Estado, aunque sea una república democrática, no es más que una máquina en manos de los capitalistas para reprimir a los obreros, y mientras más libre es el Estado, con mayor claridad se manifiesta esto.

La fuerza del capital lo es todo, la Bolsa es todo, mientras que el Parlamento y las elecciones no son más que muñecos, marionetas.

El Estado capitalista es una mentira burguesa

Cualquiera sea la forma con que se encubra una república, por democrática que sea, si es una república burguesa, si conserva la propiedad privada de la tierra, de las fábricas, si el capital privado mantiene a toda la sociedad en la esclavitud asalariada, entonces ese Estado es una máquina para que unos repriman a otros.

Lenin decía que “debemos poner esta máquina en manos de la clase que habrá de derrocar el poder del capital. Debemos rechazar todos los viejos prejuicios acerca de que el Estado significa la igualdad universal; pues esto es un fraude: mientras exista explotación no podrá existir igualdad. El terrateniente no puede ser igual al obrero, ni el hombre hambriento igual al saciado. La máquina, llamada Estado, y ante la que los hombres se inclinaban con supersticiosa veneración, porque creían en el viejo cuento de que significa el Poder de todo el pueblo, el proletariado la rechaza y afirma: es una mentira burguesa”.

Refiriéndose a la situación del momento y adelantándose un poco, Lenin expresó: “Nosotros hemos arrancado a los capitalistas esta máquina y nos hemos apoderado de ella. Utilizaremos esa máquina, o garrote, para liquidar toda explotación; y cuando toda posibilidad de explotación haya desaparecido del mundo, cuando ya no haya propietarios de tierras ni propietarios de fábricas, y cuando no exista ya una situación en la que unos están saciados mientras otros padecen hambre, sólo cuando haya desaparecido por completo la posibilidad de esto, relegaremos esta máquina a la basura. Entonces no existir á Estado ni explotación”.

La experiencia vivida ha sido aleccionadora pero el pensamiento leninista sigue vigente.


Fuentes: www.marxist.org

2009, elektron 9 (42) 1.



Emiliano Zapata Vladímir I. Lenin


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