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NOTICIAS, ANÁLISIS Y PROPUESTAS DEL SECTOR ENERGÍA
Volúmen 1 Número 11 / 26 de octubre de 2001
Energía Verde Envenenada

Todo mundo está interesado en la Energía Verde. En un mundo lleno de contaminación, nada mejor que lo Verde. Pero ese argumento tan romántico, en manos de los capitalistas privados se envenena de inmediato.

Según ciertas versiones, 94% de grandes consumidores están interesados en energía verde. Esa es la versión de los gringos. Dicen que, el compromiso de mantener el equilibrio ambiental y los riesgos del cambio climático han motivado a los industriales mexicanos a invertir en la generación de electricidad a través de energías renovables.

La argumentación es engañosa. 1º.- porque los industriales nunca han tenido el mínimo interés en mantener ningún equilibrio ambiental. Sus leyes son la oferta y la demanda. Tales leyes las respetan hasta en los mínimos detalles, no importándoles dejar tras de sí a un desierto. El capital no se caracteriza por planear para proteger a la naturaleza, ni los recursos naturales ni los ecosistemas. 2º.- no es la argumentación ambiental la que está llevando a los inversionistas privados a participar en la industria eléctrica de México, es su interés por la ganancia en un sector reservado constitucionalmente al Estado. 3º.- no son mexicanos los inversionistas a quienes se han concedido permisos de generación eléctrica.

No es cierto que los grandes consumidores estén interesados en invertir en la producción o compra de energía verde. Los grandes consumidores están representados por la gran industria y lo que quieren es privatizar a la industria eléctrica nacionalizada e instalar plantas de alta potencia que utilicen cualquier tipo de combustibles, así sean los más contaminantes.

La discusión está en otros términos.

Durante mucho tiempo, los privatizadores han tratado de convencer a la opinión pública respecto de las bondades de las plantas termoeléctricas tipo Ciclo Combinado a base de gas natural. No lo han logrado pero, entretanto, se han visto favorecidos por múltiples permisos para la generación. La razón es más o menos sencilla: el gas natural produce menos óxidos de azufre (SO2) es cierto, pero está en duda que produzca menos óxidos de nitrógeno (NOx) que pueden ser más dañinos para la salud.

Sin embargo, la privatización está avanzando en todos los terrenos vía las ilegales concesiones del gobierno a través de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). A la fecha, los inversionistas privados participan de la construcción de plantas carboeléctricas que son altamente contaminantes. Estos inversionistas no han dado a conocer ninguna preocupación por el cambio climático global.

También, sin ninguna argumentación ambiental, la inversión privada está creciendo en la construcción de plantas geotermoeléctricas, hidroeléctricas y eoloeléctricas. No se trata de aprovechar el potencial de las energías renovables, que proporcionalmente a las necesidades del país es bajo, sino de poner todo tipo de fuentes energéticas en manos privadas. Este tipo de energía verde les es atractiva a muchos inversionistas porque, como privilegio adicional, se les otorga la materia prima. El vapor terrestre, el agua y el viento no son propiedad privada de nadie, sin embargo, en México se están privatizándose sin ningún escrúpulo ni argumento ambiental.

Para los privatizadores no hay ningún espíritu verde. La industria eléctrica basada en el uso del gas ni siquiera cumple con los protocolos internacionales de emisión de gases. Es preciso señalar que la industria eléctrica ocasiona impacto ambiental y que, en manos privadas, tal aspecto ni siquiera es abordado.

El esquema privatizador en México plantea el permiso privado para generar energía eléctrica y venderla, por ahora, a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la que proporciona también las facilidades para la transmisión. El gobierno foxista prevee, también, que los inversionistas privados puedan comercializar la energía eléctrica producida. Esto es, la privatización está diseñada como negocio altamente favorable a los capitalistas nacionales y, principalmente, extranjeros.

No hay ningún interés por lo verde, a menos que se trate de los dólares gringos. La energía verde, en manos privadas, está envenenada.

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