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Volumen 8, Número 105, junio 15 de 2008 www.wftucentral.org
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Autonomía de gestión es privatización




Con más demagogia que argumentos y sin articular ninguna propuesta propia, Beatriz Paredes se sumó a las propuestas del PAN. En términos “generales”, la presidenta nacional del PRI se declaró “en contra” (sic) de la privatización de Pemex y pidió a los legisladores “revisar” las iniciativas para “precisar” los términos. Tratando de conciliar a las diversas posiciones de su propio partido terminó apoyando la “autonomía de gestión”, propuesta crucial de Calderón, el PAN y el PRI.



Política demagógica y borrosa

En el Foro del 13 de mayo sobre “Principios de la Reforma Energética”, organizado por el Senado, Paredes dijo: “Participo en este Primer Foro de Debate sobre la Reforma Energética organizado por el Senado de la República, para dejar constancia del respeto del Partido Revolucionario Institucional, por las instituciones legítimamente constituidas, y por quienes las integran”. ¡Orale! Sin venir al caso, lo primero que hizo Beatriz fue volver a reconocer a Calderón y, por tanto, a su política.

Luego quiso “orientar” a la borregada al estilo del viejo PRI. “Son, los legisladores, en el sistema de democracia representativa que nos rige, en quienes la sociedad delegó su representación. Finalmente, a través de ellos, son las mayorías las que deciden. La responsabilidad de legislar es, exclusivamente, de ellos”.

De acuerdo con esta visión, la sociedad solamente debe mirar y obedecer. Paredes vive en el pasado y al margen de la legalidad constitucional. Nadie ha otorgado a los legisladores el derecho de contravenir las decisiones políticas fundamentales expresadas en la Constitución, el Pacto político de la nación. Dijo Paredes que a los legisladores “los juzgará la historia”. NO, ese juicio abstracto y demagógico se acabó; a los legisladores debe impedírseles ahora mismo que sigan traicionando a la nación. Paredes pretende curar a sus socios, y curarse asimisma, en salud.

¿La posición del PRI?

“El PRI tiene una posición histórica respecto de la cuestión energética”, señaló Paredes. “Durante muchos años, gobiernos priístas resistieron embates que pretendían la privatización de PEMEX, con diversas argumentaciones”, agregó. No hay tal. Tratándose de Pemex, la “posición histórica” ha sido desastrosa; el ejemplo reciente más negativo ha sido el gobierno priísta de Carlos Salinas de Gortari y sus sucesores del PRI y el PAN.

Por lo demás, desde hace más de 30 años, bajo los gobiernos del PRI y el PAN, se ha llevado acabo una política petrolera oficial basada en el saqueo de petróleo crudo, con excesos de corrupción administrativa y sindical. Desde 1992 se lleva a cabo un marcado proceso de privatización petrolera furtiva auspiciada por los gobiernos del PRI. ¿Dónde está la resistencia del PRI a los embates privatizadores de Pemex? Evidentemente, Paredes miente.

El PRI se apoya en su Declaración de Principios y Programa de Acción a los que hizo alusión Paredes. Pero, son solo declaraciones, la práctica política del PRI es otra.

Es, precisamente, el senador Francisco Labastida, apoyado por Beltrones y Gamboa, el coautor de las iniciativas de Calderón. Los priístas son los más interesados en la privatización de Pemex. En la coyuntura, el PRI prefiere que su socio (el PAN) cargue con el costo político.

Esto es, el PRI recurre a su Declaración de Principios para aparentar su “oposición” a la privatización pero, en los hechos, apoya esa propuesta antinacional.

El PRI no tiene principios sino generalidades

Entre los “principios fundamentales” que mencionó Paredes está “Mantener la propiedad de los hidrocarburos en el poder de la Nación y para beneficio de todos los mexicanos” pero, estas expresiones son muy generales, el propio PAN lo dice como principios suyos.

Otro principio es “Defender los legítimos intereses de México en sus reservas petroleras, frente a los riesgos que enfrenta en las zonas fronterizas, particularmente del Golfo de México”. Tal declaración es sumamente general, no pasa de ser una vaguedad.

Eso sí, en su discurso municipal, Paredes dijo: “Lo recalco: ni reforma al artículo 27, ni privatización, abierta o disimulada, de la industria petrolera nacional. El petróleo le pertenece, y le seguirá perteneciendo a la Nación y al pueblo de México”. Nuevamente, el propio Calderón podría suscribir esa declaración; de hecho, así lo dice en todas sus iniciativas privatizadoras y en la costosa campaña televisiva que patrocina.

De acuerdo al análisis de Paredes, los elementos que influyen “sobre la necesidad de reestablecer la fortaleza de PEMEX y del sector energético en su conjunto” son, a) La situación mundial de reservas, los altos precios y la demanda energética de los próximos treinta años; b) La presión geopolítica para asegurar el abasto oportuno; c) El otro factor es haber llevado a PEMEX a una situación extrema; mediante un confiscatorio sistema fiscal PEMEX fue descapitalizado y varió sus objetivos. Entonces, Paredes pasó a enumerar los problemas enunciados en el Diagnóstico catastrofista que preparó el gobierno acerca de Pemex.

¿Qué propuso Paredes para resolver todos esos males? “Respuestas creativas en la reforma energética que se apruebe” (sic). Es decir, puras vaguedades que omiten el fondo del asunto.

“Reformas” a las reformas

El PRI no está en contra de la reforma energética y, Paredes, mucho menos. Esta dijo en su comparecencia que “La reforma energética debe comprender medidas legislativas y acciones administrativas, y contar con capacidad pública y voluntad política para efectuarlas”. Desde luego que, el sector energético nacionalizado no requiere solo de medidas legislativas y acciones administrativas, sino de política. Esto significa una nueva política energética contraria al interés del imperialismo pero Paredes no propone ningún cambio en este sentido.

¿Qué propone entonces? “Proponemos se realicen las reformas necesarias a las iniciativas presentadas”, dijo. Esto es, el grupo del PRI al que pertenece Paredes no pretende ningún cambio en la política petrolera oficial ni tampoco a las iniciativas privatizadoras de Pemex sino “las reformas” necesarias, es decir, el maquillaje, “a las iniciativas presentadas”.

Lo anterior implica que las iniciativas “se revisen” para redactarlas “bien”, eliminando términos molestos y desagradables al oído. Donde dice privatización, debe decir “fortalecimiento”, por ejemplo. Eso es exactamente lo que ha venido haciendo el PAN, cambiando términos pero manteniendo la esencia de las propuestas.

El discurso borroso de Paredes es privatizador así diga lo contrario. Al momento, el PRI no ha atendido las consideraciones de otros priístas que han argumentado en contra de las iniciativas neoliberales. Paredes se mueve con base en sus propios intereses.

PRI y PAN coautores de las mismas propuestas

Beatriz Paredes enumeró “sus” propuestas. No son tales sino las del PAN. Primero, dijo que “La política sectorial deberá ser regulada por un ente autónomo, ajeno a los vaivenes políticos, integrado por consejeros de reconocida experiencia y valía, que no tengan conflicto de intereses”. Ese “ente autónomo” se llama Comisión Reguladora de Energía (para el gas, la refinación y el sistema de ductos) y Comisión del Petróleo (para el crudo). Paredes no les quiso llamar por su nombre pero, esos “entes autónomos” serían los encargados de operar la privatización de Pemex. Así lo viene haciendo la CRE desde 1995, así lo propone el PAN y así lo indican las iniciativas.

Luego, Paredes presentó la propuesta consistente en “otorgarle autonomía de gestión financiera, presupuestal administrativa y operativa, esto de a de veras”, a Pemex. ¿Qué quiere decir eso de “a de veras”? Es la “misma gata” de concepto pervertido que propone el PAN.

Después, propuso un Consejo de Administración “al que se le incorporen consejeros profesionales, con un perfil predeterminado, sin conflicto de intereses, los que serán propuestos por el Ejecutivo Federal y con voz y voto equivalente para todos”. Eso es lo mismo que propone Calderón. ¡Ah!, Paredes adicionó que “la figura de consejeros profesionales propuestos por el Ejecutivo Federal deberán ser ratificada o rechazada por el Congreso, en cuyo caso, el Ejecutivo habrá de realizar nuevas propuestas”. ¡Qué brillante propuesta! Es simple maquillaje.

En plan de conciliación oportunista con el sector de gobernadores “petroleros”, “se propone que al Consejo de Administración de PEMEX se incorporen algunos consejeros propuestos por los gobernadores de los estados”, dijo Paredes.

Tosco discurso

Otra vez repitió “Debo ser enfática. No aceptamos la privatización, abierta o encubierta, de las refinerías. Conocemos los problemas que las refinerías tienen. Es necesario encontrar una solución en esta materia (sic)”. ¿Qué propone?

“El destino de los excedentes derivados de los precios del petróleo, el ahorro de las AFORES; los bonos en los que participe la ciudadanía, bien podrían apoyar la rehabilitación de las refinerías existentes y la construcción indispensable de otras nuevas”. ¿Con los bonos ciudadanos en manos de especuladores e intermediarios financieros? ¡Ridículo, por decir menos!

Para finalizar, Paredes dijo que “No apoyaremos cambio alguno que signifique compartir la renta petrolera con empresas privadas, nacionales o extranjeras, ya sea por la vía directa o por los llamados “contratos de riesgo”. ¿Cómo le harán? “Solicitamos a los legisladores del PRI realicen una revisión exhaustiva de este articulado, y precisen términos claros, transparentes y acordes con los principios constitucionales que defendemos, que detallen con precisión las prohibiciones y restricciones para evitar la entrega del patrimonio nacional a los contratistas”. Esto es, Paredes fue reiterativa en las “reformas” a las reformas.

¿Qué dicen las corrientes opositoras dentro del PRI? Salvo el Lic. Manuel Bartlett los demás están mirando, esperando en silencio y cruzados de brazos. Si hay priístas que de verdad creen en sus Principios y Programa, en un acto de coherencia política, deben sumarse a la movilización del pueblo de México e impedir la reforma energética neoliberal. (b143, 27 mayo 2008).



La iniciativa de Calderón y el PAN pretende entregar las aguas profundas
del Golfo de México a las transnacionales


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