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Volumen 8, Número 103, mayo 15 de 2008 www.wftucentral.org
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Marcha de migrantes en USA




Día de protesta y lucha unitaria

No obstante que la tradición surgió en Estados Unidos, el primero de mayo no se conmemora en este país. Sin embargo, desde 2006, la fecha se ha convertido en un día de trabajadores migrantes sean latinos, africanos o asiáticos.

El 1º. de mayo de 2006 se convirtió en el día que millones de inmigrantes, mayoritariamente mexicanos, salieron a las calles en medio de una huelga general a exigir el respeto a sus derechos elementales para ellos y sus familias. Qué mejor día que el 1º. de mayo para hacerse presentes y hacer de esta fecha una jornada de lucha proletaria.

La recuperación de esta fecha fue motivada por las condiciones insoportables de explotación y humillación que los capitalistas ejercen contra los trabajadores impropiamente llamados “ilegales”. Pero, también, por razones culturales. Hoy, la mayoría de migrantes son muy jóvenes y poseen estudios universitarios. Ya no solo están en el campo o en el comercio, sino en otras actividades diversas del mercado laboral aportando elementos culturales que se reflejan en el movimiento.

Este 2008, los migrantes volvieron a salir a las calles en territorio norteamericano. En las movilizaciones se exigieron el alto a las redadas y deportaciones, el respeto a los derechos humanos y una reforma migratoria para los más de 12 millones de indocumentados.

Diversos actos se llevaron a cabo, tales como marchas, mítines y otras acciones de protesta en muchas ciudades del país del norte. En Los Angeles, Chicago, Washington, Nueva Yersey, Florida y Texas y multitud de lugares más los millones de mexicanos participaron del 1º. de mayo, junto con migrantes paquistaníes, guatemaltecos, chinos, palestinos, ecuatorianos, africanos, caribeños, filipinos, colombianos y otros más. Los puertos de la costa oeste fueron paralizados por los estibadores en protesta contra la guerra en Irak.

La manifestación del 1º. de mayo en los Estados Unidos se ha convertido en el momento para la expresión de la diversidad étnica, la acción unitaria, las manifestaciones culturales diversas, la variedad de propuestas, de música y protesta.

“Todos somos migrantes”

Las luchas obreras/no tienen fronteras” o “Arriba, abajo/La migra al carajo”, fueron algunas de las consignas acompañadas con ritmos de tambor y saxofón en una manifestación alegre.

La fecha es apropiada para la protesta. Más de cien años después de los acontecimientos de Chicago, en Estados Unidos y muchas partes del mundo, el capitalismo no respeta los derechos obreros y, en el caso de los migrantes, son inexistentes. Esto es así, no obstante que la fuerza de trabajo de los “ilegales” es lo que produce la riqueza. Pero, en vez de reconocerles derechos, los capitalistas solo están interesados en incrementar sus ganancias.

En la fase actual del capitalismo coexisten varias generaciones y categorías de proletarios. Están los obreros de las manufacturas, de la gran industria y de la tecnología. Son trabajadores manuales e intelectuales, unos con alta calificación, otros, sujetos a una persistente descalificación en el trabajo. Pero, coexiste también un sector de trabajadores “sin papeles”, carentes de derechos, discriminados y pisoteados.

En el caso de los migrantes mexicanos, trabajadores expulsados de su patria debido a las políticas seguidas por los sucesivos gobiernos, la situación es de persecución a ambos lados de la frontera. Ahora, la agresión se manifiesta con la construcción de muros que se extenderán del Océano Pacífico al Atlántico, protegidos por ejércitos militares y paramilitares. La policía especializada, de aduanas e inmigraciones, se dedica a efectuar redadas militares en las ciudades norteamericanas deteniendo trabajadores indocumentados para luego deportarlos.

Pero los muros ni resulten el problema de fondo ni evitarán la migración. Los seres humanos tenemos el derecho a vivir dónde queramos y, por necesidad, tenemos que desplazarnos. De hecho, los trabajadores no tenemos patria, somos ciudadanos del mundo.

Sigue viva la tradición clasista

La tradición del 1º. de mayo empezó en los Estados Unidos, en 1886, cuando se enarboló la bandera de las 8 horas. Esa vez, cerca de 500 mil trabajadores se declararon en huelga general en todo el país. La policía de Chicago reprimió la manifestación, en medio de provocaciones, detuvo a multitud de trabajadores y encarceló a los líderes anarquistas, conocidos como los Mártires de Chicago. En honor a los acontecimientos de Haymarket, a propuesta de Federico Engels, en 1891 se realizó por primera vez la manifestación internacional del 1º. de mayo.

Desde 2006, en los Estados Unidos, se ha vuelto a recuperar la fecha. Han sido los trabajadores más desprotegidos los que se han puesto al frente de la batalla. A su lado, se han venido sumando diversos sectores estudiantiles, sindicales, periodistas, artistas y universitarios.

Las condiciones para la lucha son difíciles y no están exentas de vicisitudes, provocaciones y hasta divisiones internas. Actualmente, los inmigrantes en Estados Unidos enfrentan la propuesta del gobierno norteamericano llamada “Guest Worker Program”, según la cual, los trabajadores indocumentados pueden trabajar en ese país por 2 ó 3 años pero, después, están obligados a regresar a sus países de origen.

Esta propuesta ha sido rechazada por la mayoría quienes consideran que la medida les da un “trato de esclavitud” porque llegan a Estados Unidos, trabajan por una miseria, sin beneficios, sin seguro social, con bajos salarios, sin derecho a organizarse en sindicatos, ni para exigir sus derechos elementales y, si alguien se atreve lo deportan inmediatamente.

No obstante tan desigual situación, la manifestación del 1º. de mayo, en multitud de grandes y pequeñas ciudades estadounidenses, muestra que la tradición de lucha proletaria en los Estados Unidos sigue viva. Ningún filósofo del pos-modernismo puede negar, y menos explicar, que en las propias “entrañas del monstruo” está vigente la lucha de clases. Con el movimiento de los migrantes está en espíritu de Lucy Parsons, la mexicana esclava que fue esposa de Richard Parsons, uno de los Mártires de Chicago; también está la presencia de Martí, de Zapata y del Che.



Cartel anunciando la marcha del 1º. de mayo en Boston, Massachussets


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