energia@fte-energia.org
prensa@fte-energia.org
Volumen 8, Número 100, marzo 31 de 2008 www.wftucentral.org
www.fsm-america.org

Organización obrera afiliada a la FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL

Ley Eléctrica FTE Programa Obrero FTE Foros FTE Búsquedas Indice General Sala de Prensa
Descargar/imprimir pdf (27kB)

El STPRM es beneficiario y cómplice de la privatización

Charros sindicales contra Pemex

El 18 de marzo, en la conmemoración del 70 aniversario de la Expropiación Petrolera, los charros del sindicato petrolero intercambiaron loas con Calderón y Kessel. En un discurso demagógico, Carlos Romero Deschamps, quien usurpa al STPRM, se reiteró sumiso y acrítico. Eso no es nuevo. Romero es parte de los privatizadores, beneficiario de la corrupción y aliado de los neoliberales.

Sumisión reiterada

Acompañado de los 36 secretarios generales seccionales del sindicato, Romero Deschamps le dijo a Calderón que “los trabajadores petroleros expresamos nuestro más amplio aprecio y reconocimiento, por su permanente interés en la industria petrolera y por quienes en ella laboramos”. Se trata de expresiones grotescas y genuflexas. Si algo hay que “reconocer” al gobierno de la ultraderecha es su “desprecio” y “desinterés” por la industria petrolera mexicana. Lo que hace Romero es reconocer la destrucción de Pemex y las propuestas privatizadoras, en marcha desde 1995.

Dijo el charro que “es a todas luces destacable la solvencia y generosidad con que Pemex siempre se ha conducido en su responsabilidad para con el país”. Se trata, exactamente, de lo contrario. El gobierno federal y las sucesivas administraciones de Pemex han sido insolventes y nada generosas, salvo con sus propios intereses. El reciente caso de la pareja Mouriño-Calderón son muestra del tráfico de influencias, corrupción y carencia de ética, “valores” que comparte Romero.

Sumisión confesa

En una revoltura de discurso, Romero dijo que “el costo de extracción por barril de crudo es altamente competitivo al ubicarse en poco más de 4.3 dólares en promedio”. No dijo que, a los precios internacionales actuales de la mezcla mexicana de exportación, el barril de petróleo crudo ha rebasado los 92 dólares y que, por tanto, la renta petrolera obtenida de Pemex es cuantiosa y hace innecesaria su privatización por razones económicas como argumenta el gobierno.

En su característico entreguismo, Romero dijo que “los trabajadores petroleros hemos mantenido como decisión en los años recientes, la discreción para no contribuir con nuestras declaraciones al enturbiamiento de un tema de suyo complicado, como es el status de Petróleos Mexicanos y su relación con el Sindicato Petrolero”. También dijo que, “hemos, inclusive, atemperado la justificada inconformidad y enojo de los trabajadores y madres petroleras, por el incumplimiento que mantiene Pemex en cuanto a la construcción de siete nuevas guarderías infantiles, dos clínicas y el Hospital de aquí, precisamente en Paraíso, Tabasco. “Asumimos cabalmente que eso es lo que a los trabajadores nos corresponde: el esfuerzo, la tarea, el deber cumplido”. ¡Vaya esfuerzo corrupto!

Reprimir, es el “deber cumplido” de los charros

Ese “deber cumplido” es el entreguismo y sumisión del sindicato. Romero habla en nombre de los petroleros a los que NO representa sino oprime. El sindicato petrolero no defiende los intereses de los trabajadores, su función es ahogar violentamente todas las protestas. La violación de derechos laborales es algo cotidiano, la vida sindical es inexistente, elecciones sindicales libres jamás se realizan, rendición de cuentas menos.

Si la burocracia sindical permanece callada es porque forma parte de la misma mafia privatizadora. Romero y camarilla son beneficiarios de la privatización. El sindicato petrolero es contratista de Pemex. Contrariamente a sus orígenes, el STPRM está convertido en organización obrera y, a la vez, patrón pues contrata trabajadores en condiciones precarias.

El STPRM tampoco defiende los intereses laborales. En multitud de actividades ha perdido, incluso, la titularidad en la materia de trabajo mediante reformas al Contrato Colectivo de Trabajo CCT). Muchas de las funciones, en tierra y en mar, las realizan contratistas cuyos trabajadores ni están afiliados al sindicato ni comparten las mismas condiciones laborales.

Son ya más de 30 mil las demandas interpuestas por los petroleros debido a ilegales rescisiones de contrato. La administración de Pemex actúa en connivencia con el sindicato y, ambos, son represores de los trabajadores. Si no existe oposición en el STPRM es por la violencia con que actúan los charros, mismos que gozan de la impunidad otorgada por el Estado y sus gobiernos.

Charros preocupados por los negocios

En consonancia con Jesús Reyes Heroles, Romero Deschamps dijo que “conocemos y nos preocupan los grandes retos de la industria: la declinación de sus yacimientos, el déficit en refinación, el rezago en mantenimiento”. Esas preocupaciones no son laborales ni industriales, sino particulares.

¿Cómo no van a estar preocupados los charros? Pemex ha sido un jugoso negocio para ellos. En 2000, desviaron de Pemex 1,280 millones de pesos a la fallida campaña de Francisco Labastida, hoy convertido en principal cabildero de Calderón con las transnacionales para privatizar Pemex. Los hechos impunes fueron conocidos como Pemexgate (I). En 2004, el sindicato recibió de la administración en turno, 7,781 millones de pesos no comprobados (Pemexgate II, equivalente a 4.7 veces el Pemexgate I).

Actualmente, el sindicato recibe 94 millones 374 mil pesos, “antes de cada revisión anual” por concepto de “gastos de contratación”, aparte de los gastos de cientos de “comisionados” que únicamente “aceptan” lo que la empresa y el gobierno les impone.

Esto es mínimo comparado con los contratos de mantenimiento que los charros reciben de Pemex, de acuerdo a lo estipulado en el propio CCT. La preocupación de los charros petroleros está en la participación económica que tendrían en las “alianzas” de Pemex con las transnacionales y demás contratistas extranjeros. Los derechos obreros, Pemex o la nación NO les importan. A los charros petroleros les interesan “sus” negocios.

Rescatar al STPRM o disolverlo

“Los hombres y las mujeres que operan la industria aquí están”, dijo Romero en Dos Bocas, Tabasco. NO es cierto. Allí estuvieron los charros nacionales y locales, así como trabajadores “acarreados”, obligados con la amenaza de la represión y el despido.

Los verdaderos petroleros están en los centros de trabajo de Pemex, especialmente en el interior del país, “secuestrados” en su propia organización sindical, los charros son sus carceleros. Hoy, la situación está llegando a un límite. Hay que rescatar democráticamente al STPRM, por los propios trabajadores petroleros, apoyados con la movilización del pueblo mexicano en marcha. Si no es posible, ese “sindicato” debe ser disuelto por lesivo a los trabajadores, a Pemex y a la nación. Es la hora en que los petroleros deben desafiar a las cúpulas burocráticas y tomar al sindicato en sus propias manos, SIN ingerencia de Mouriño ni de Calderón. ¡Unidos Venceremos!

2000.jpg
Petroleros contra Romero Deschamps


Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.


Comentarios Comisión de Energia Suscribirse Comisión de Prensa